Un avión de EgyptAir que iba de París a El Cairo con 66 personas a bordo se estrelló en el Mediterráneo este jueves después de haber desaparecido del radar por una razón hasta el momento desconocida.
¿Accidente o atentado? Por el momento no hay nada tangible que permita inclinarse por una u otra posibilidad. La tripulación del Airbus A320 no envió ningún mensaje de emergencia, según las fuerzas armadas egipcias y la aviación civil griega, lo que sugeriría que se produjo algo repentino.
«No se descarta ni se privilegia ninguna hipótesis», declaró el presidente francés François Hollande, hablando de un «accidente» o de un atentado «terrorista». La fiscalía de París abrió una investigación.
El avión cayó frente a las costas de la isla de Kárpatos, situada entre Creta y Rodas, «cuando se hallaba en el espacio aéreo egipcio», afirmó a la AFP una fuente de la aviación civil griega. Después de haber caído brutalmente dando dos giros, desapareció de los radares griegos «en torno a las 00H29 GMT (03H29 locales)», agregó.
Egipto y Grecia lanzaron operaciones de búsqueda por aire y por mar en la zona para tratar de localizar el aparato, pero hasta el momento las operaciones han sido infructuosas.
El vuelo MS804 llevaba 56 pasajeros, entre ellos un niño y dos bebés, siete tripulantes y tres agentes de seguridad, indicó la compañía nacional egipcia.
Por nacionalidades, había 30 egipcios, 15 franceses, dos iraquíes, un británico, un canadiense, un belga, un portugués, un argelino, un sudanés, un chadiano, un saudí y un kuwaití.
El piloto no señaló «ningún problema» a los controladores aéreos griegos durante su última conversación, «en torno a las 00H05 GMT», según la aviación civil griega (YPA). Estaba incluso «de buen humor y dio las gracias a sus interlocutores en griego», agregó su jefe, Constantin Litzerakos.
El avión despegó del aeropuerto de Roissy-Charles de Gaulle de París el miércoles pasadas las 23H00 locales (21H00 GMT) en dirección a El Cairo, donde debía aterrizar a las 03H05 (01H05 GMT).
A las 00H37 GMT el avión, que se encontraba 37.000 pies de altura (11.200 metros), «dio un giro de 90 grados a la izquierda y otro de 360 grados a la derecha cayendo de los 37.000 a los 15.000 pies» antes de desaparecer de los radares, señaló el ministro de Defensa griego, Panos Kammenos.
Varios medios de prensa griegos indicaron que un barco que navegaba en la zona vio una bola de fuego en el cielo, información que no ha podido ser confirmada oficialmente.
No hubo mensajes de emergencia
Durante la mañana hubo informaciones contradictorias en El Cairo sobre el envío o no de una alerta desde el avión. El ejército dijo finalmente dijo que no había recibido «ningún mensaje de emergencia», desmintiendo una información previa de EgyptAir.
«Si la tripulación no envió ningún mensaje de alerta, lo que ocurrió fue muy, muy brutal», explicó Jean-Paul Troadec, ex director de la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) de Francia.
«Un problema técnico generalmente, un incendio, una avería de motor no produce instantáneamente el accidente, y la tripulación tiene tiempo de reaccionar. En este caso la tripulación no dijo nada, por lo que es muy probable que fuera algo brutal y se puede pensar efectivamente en un atentado«, agregó en la radio Europe 1.
En el aeropuerto de El Cairo, los allegados de los pasajeros fueron trasladados a una sala apartada y la policía impedía el acceso a la prensa.
Los que salían eran asaltados por los periodistas, como una mujer en llanto que le espetó a un fotógrafo: «¿Mi hermano está muerto y tú me sacas fotos?».
«Tengo cuatro allegados en el avión, no tenemos ninguna información», dijo un hombre.
‘Estrecha cooperación’
El presidente francés, François Hollande, y su homólogo egipcio, Abdel Fatah al Sisi, acordaron en establecer una «estrecha cooperación» para determinar «lo más rápidamente las circunstancias de esta desaparición», indicó el Palacio del Elíseo.
Esta desaparición se produce en un contexto difícil en Egipto y un poco más de seis meses después de la explosión, el 31 de octubre, de una bomba a bordo de un avión con turistas poco después de su despegue de la localidad De Sharm el Sheij, en el sudeste de Egipto. Las 224 personas que iban a bordo murieron.
Ese atentado fue reivindicado por la rama egipcia del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que multiplica en ese país los atentados y ataques, principalmente contra las fuerzas de seguridad.
Esta situación contribuyó al derrumbe del turismo, un sector clave de la economía del país.
El pasado mes de marzo un vuelo de EgyptAir que iba de Alejandría a El Cairo fue secuestrado y desviado hacia Chipre por un hombre «psicológicamente inestable» que decía querer reunirse con su exmujer. El secuestrador se entregó después de seis horas de negociaciones sin provocar víctimas.