Triste, conmovedora, trágico. Mujer y niña se rinden ante la muerte luego de ser quemadas por desalmado, mientras que el niño se debate entre la vida y la muerte.
Todo indicaba que era un día de esos comunes, terminando de lavar los trastes de la cena, procedió una madre a dormir con sus dos vástagos, pero lo que no sabía, era que el amor de un hombre despechado haría de su casa un infierno.
Según el relato de varios familiares, Dagoberto había mantenido una relación sentimental con la jovencita Vilma Esperanza García, pero al ser rechazado la amenazaba con desfigurarle su lindo rostro, pero nadie sospechó que cumpliría su amenaza.
En San Antonio, Copán, zona occidental Honduras, García y sus dos niños fueron sorprendidos por lenguas de fuego, que los despertaron cuando ya les quemaba la piel, la madre metió a los niños debajo de la cama y procedió a abrir la puerta, pero tenía una cadena y un grueso candado.
Los gritos eran aterradores, recordaron sus vecinos, quienes hicieron lo imposible para romper el candado, pero no pudieron, fue hasta que llegó la abuela de los niños, quien como pudo, golpeando con leños y piedras el candado que pudo sacar a los tres.
De inmediato se le pidió apoyo a la Policía, quienes llevaron a los tres hasta el Hospital Escuela Universitario (HEU), para que rescataran sus vidas, pero a pesar de traer atención de primeros auxilio desde el occidente del país, madre y su niña de seis años fallecieron cuando les daban la atención médica, ya que tenían quemaduras de tercer grado en el 95 por ciento de sus cuerpos.
Al niño de cuatro años le tuvieron que amputar ambos pies y una mano, ya que estaban completamente chamuscados y ahora se debate entre la vida y la muerte en la Sala de Quemados.
El padre de los niños es Walter Hugo Licona (25), exesposo de Vilma Esperanza García (23), quien dijo que se encontraba trabajando en San Pedro Sula, cuando un exvecino le habló y le contó todo, por lo que se trasladó a Tegucigalpa para ver cómo sigue su hijo.
Licona aseguró que los amigos de San Antonio, Copán, le aseguraron que la ahora fallecida, establece que un pretendiente de la infortunada joven, la vivía acechando con que le iba a desfigurar su cara sino regresaba a sus brazos.
La noche del domingo anterior fue trágica para la familia integrada por Vilma Esperanza García y sus dos hijos, quienes descansaban en un sueño profundo en uno de los cuartos de su casa, mientras que no se percataron que un extraño ingresó sigilosamente, para rociar gasolina en el aposento y toda la casa.
Luego se aseguró de encadenar las puertas para evitar que sus víctimas escaparan. Fue así que prendió un fósforo para dar el toque final al espantoso crimen.
Me quemo, me quemo, gritaban a modo de pedir auxilio, pero nadie hacía nada, dijo el acongojado padre, quien no halla consuelo en el Hospital Escuela Universitario.
El niño tiene un 45 por ciento de su cuerpo quemado, pues su madre prefirió que el fuego quemara su cuerpo y no el del bebé.
Sus familiares piden a las autoridades policiales que determinen legalmente quien fue el autor del incendio, que dejó dos muertos y un menor gravemente herido.