El gobierno salvadoreño prometió este jueves «doblegar» a las pandillas, a fin de «parar y revertir» en el lapso de un año la ola de criminalidad que ha sembrado terror en el país centroamericano.
«Vamos a tener una actuación fuerte contra la estructura criminal (pandillas), no podemos seguir tolerando que estos grupos se tomen la atribución de decidir la seguridad de la familia. Hay que sitiarlos, perseguirlos y doblegarlos y esa es la misión que tenemos en estos doce meses», declaró el vicepresidente Óscar Ortiz en una rueda de prensa.
«Nuestra meta es parar y revertir la escalada criminal, y en esos meses debemos tener resultados», sostuvo en un acto encabezado por el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, para hacer un balance de las acciones de combate a la inseguridad.
El presidente recordó que, ante el incremento de las acciones criminales por parte de las pandillas, el gobierno puso en marcha un plan con medidas extraordinarias de seguridad. Con base en ese plan, el gobierno declaró el estado de emergencia en los centros penales para cortar la comunicación de las pandillas y desplegó agentes de seguridad reforzados por soldados en comunidades asediadas por estos grupos delictivos.
«Estas estructuras (las pandillas) tienen que ser golpeadas, debilitadas y desarticuladas», insistió el vicepresidente. De acuerdo al director de la policía, comisionado Howard Cotto, durante el pasado mes de abril se registraron 352 asesinatos, la cifra más baja del año (después de 738 en enero, 661 en febrero y 603 en marzo), un hecho que atribuyó a una «mayor operatividad» de las autoridades en el terreno.
«Estamos teniendo resultados positivos y creemos que vamos a continuar esa tendencia de ir bajando los índices de violencia», agregó el ministro de Justicia y Seguridad, Mauricio Ramírez.
En El Salvador las pandillas cuentan con unos 70.000 miembros, de los cuales 13.000 están encarcelados, según estimaciones oficiales.