El inmenso incendio forestal que obligó la evacuación de la ciudad petrolera canadiense de Fort McMurray y sus alrededores, seguía sin control este miércoles, pero su avance era más lento ante un clima más fresco y húmedo, según el departamento de bomberos de la provincia de Alberta (oeste).
Alrededor de la mitad de los 1.550 bomberos de la provincia combatían el fuego que ha devastado más de 2.290 km2 de bosque desde hace diez días, además de destruir 2.400 casas en Fort McMurray y en la región, de la que se evacuaron unas 10.000 personas.
«Sabemos ya que los daños causados por estos incendios serán del orden de los miles de millones de dólares y tomarán años en ser reparados», declaró el presidente de la Cruz Roja canadiense, Conrad Sauvé, al anunciar ayuda a los damnificados.
De los 67 millones de dólares canadienses (unos USD 52 millones) entregados por la Cruz Roja hace una semana, 50 millones serán remitidos en forma inmediata a los evacuados, dijo Sauvé en conferencia de prensa conjunta con la primer ministra de Alberta, Rachel Notley.
La Cruz Roja pondrá 600 dólares por adulto y 300 suplementarios por persona a cargo.
Esa ayuda se suma a la anunciada por la provincia de Alberta, que desde el miércoles empezó a girar 1.250 dólares por adulto y 500 por persona a cargo, lo que corresponde a un total de 100 millones de dólares canadienses del presupuesto provincial.
Por lo pronto, el riesgo de nuevos incendios sigue siendo alto en el oeste canadiense, sobre todo por un tiempo extremadamente seco y caluroso, inusual para la época.