Un alemán con problemas psiquiátricos apuñaló a cuatro personas en una estación de tren cerca de Múnich el martes, causando la muerte de un hombre y graves lesiones a los demás, en un ataque que los investigadores dijeron no parecía ser por motivos políticos.
Testigos dijeron que el supuesto atacante, un carpintero desempleado de 27 años, apuñaló a su primera víctima gritando «Allahu Akbar» («Alá es grande«, en árabe). Algunas personas afirmaron que también lo escucharon gritar «los infieles deben morir».
El hombre, originario de la cercana ciudad de Giessen, recibió tratamiento psiquiátrico apenas dos días atrás y confesó usar drogas, dijeron los investigadores. Fue arrestado en el lugar y era interrogado.
«Por lo que sabemos hasta ahora, era un criminal en solitario (…) No hay indicios de que fuera parte de una red islamista», dijo Petra Sandles, vicepresidenta de la oficina de investigaciones criminales de Baviera, a periodistas.
Una víctima, de 50 años, murió por las heridas en un hospital poco después del incidente. La policía dijo que otro hombre estaba gravemente herido y otros dos, que circulaban en bicicleta, sufrieron lesiones menos serias.
El ataque ocurrió en la estación de trenes de S-Bahn en Grafing, una ciudad a unos 32 kilómetros al sureste de la capital bávara, en el sur del país.
El portavoz del fiscal estatal, Ken Heidenreich, dijo a periodistas que el sospechoso dio declaraciones confusas y que podría ser enviado a una institución psiquiátrica. «Tras el interrogatorio, nada tiene sentido», comentó.
Los investigadores dijeron que el hombre se habría convertido al islam pero que no había indicios de que se hubiera radicalizado.