Los científicos que intentan resolver los misterios de una epidemia de Zika en Brasil esperan aprender de casos de mellizos en los que solo uno de los bebés sufre de microcefalia asociada con el virus.
Los casos en que un solo bebé de mellizos desarrolla una enfermedad, como artritis reumatoide o diabetes, han sido ampliamente documentados. La investigación médica se ha centrado en la interacción entre el ambiente y temas genéticos.
El caso de los bebés Lucas y Laura es uno de los cinco de mellizos cuyas madres se contagiaron de Zika y que los científicos estudian en Sao Paulo.
El niño nació sano, pero su hermana sufre de microcefalia, una condición en que la cabeza es más pequeña de lo normal y que puede provocar problemas de desarrollo. La bebé necesita un tratamiento regular de neurólogos y fisioterapeutas.
Casos similares de mellizos -uno sano y otro con microcefalia– llamaron la atención de los médicos el año pasado en el noreste brasileño, donde el virus transmitido por un mosquito fue detectado por primera vez en América.
La diferencia en los mellizos fue una de las razones por las que los investigadores comenzaron a sospechar de la presencia de una nueva enfermedad.
Un equipo de la Universidad de Sao Paulo que estudia los cinco casos cree que éstos brindarían pistas sobre la naturaleza de la enfermedad y esperan tener resultados en un año.
«La importancia de estos mellizos (…) es que pueden darnos respuestas muy importantes», dijo Mayana Zatz, directora del Centro de Investigación del Genoma Humano de la universidad. «¿Cómo podemos explicar que uno de los mellizos no fue afectado: tenían un gen que los protegió? ¿Tienen un genoma diferente que los predispone a la infección o no?», agregó.
Estudios recientes mostraron evidencia del virus en fluido amniótico, placenta y tejido cerebral fetal. Zatz dijo que la placenta de uno de los mellizos podría ser permeable al Zika, mientras que la del otro no, impidiendo que el virus ataque al feto.
Otra posibilidad es que el virus penetre ambas placentas pero las neuronas de uno de los bebés sean resistentes, y las del otro no.
«La tercera posibilidad que queremos investigar es si ciertos genes predisponen al niño a la microcefalia, y si son alterados por la presencia del virus de Zika«, dijo Zatz, señalando que se cree que unos 15 genes determinan la microcefalia.
Desde su descubrimiento en 2015, Brasil ha registrado casi 5.000 casos confirmados y sospechosos de microcefalia asociada con el Zika, según autoridades. El brote del virus afecta a grandes partes de América Latina y el Caribe. Es probable que se extienda a todos los países del continente, excepto Canadá y Chile, dijo la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El mes pasado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) confirmaron oficialmente que la infección de Zika en mujeres embarazadas es una causa de microcefalia y otros problemas neurológicos graves en los bebés.