Guatemala sepultó este jueves los últimos cuerpos de las víctimas de una tragedia ocurrida hace siete meses cuando el deslave de un cerro tapó la comunidad El Cambray II, en la periferia capitalina, y provocó cientos de muertos.
Luego de una ceremonia religiosa y un cortejo fúnebre, familiares inhumaron siete cuerpos y partes de ocho más en el cementerio del municipio de Santa Catarina Pinula, colindante al este con Ciudad de Guatemala, contó a la AFP Gerber Hernández, administrador del camposanto.
El funcionario explicó que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) terminó el miércoles la identificación de las víctimas encontradas sin vida en el alud, que el 1 de octubre de 2015 dejó 280 muertos y 70 desaparecidos, de acuerdo con datos de protección civil. Roberto Garza, vocero del Inacif, dijo a periodistas que el viernes se actualizarán las cifras oficiales del desprendimiento de tierra que arrasó unas 125 viviendas, provocando una de las peores tragedias en los últimos años en este país centroamericano.
«Ya que estaba empezando a curar la tristeza, ahora vuelve otra vez», dijo a la AFP Samuel Morales mientras inhumaba partes del cuerpo de su esposa, Teresa Pérez, una de las últimas víctimas identificadas. Los tres hijos de la pareja también murieron en el alud. «Solo Dios nos puede dar la fuerza que necesitamos», agregó Morales, un empleado de una farmacia de 43 años, quien durante la emergencia extrajo junto a socorristas los cuerpos de sus familiares.
Hernández agregó que la víspera fueron sepultadas en el camposanto 15 personas y que 11 fueron llevadas a cementerios de otros departamentos. En enero pasado, las fuerzas de seguridad arrestaron al exjefe municipal de Santa Catarina Pinula, Antonio Coro, bajo cargos de homicidio culposo, pues desoyó informes técnicos que advirtieron sobre la situación de peligro en que se encontraba la aldea.
Mientras la justicia guatemalteca determina si Coro debe enfrentar juicio por la tragedia, el gobierno avanza en la construcción de casas para las familias damnificadas en un terreno que fue expropiado a un narcotraficante.
Hasta el momento se han entregado 50 de las más de 150 viviendas que comprenderá el nuevo complejo habitacional ubicado en un municipio aledaño al del percance.