Un operativo del Comando Antisecuestros de la Policía Nacional Civil y la Unidad contra Secuestros de la Fiscalía contra el Crimen Organizado, del Ministerio Público, permitió la desarticulación de un grupo sindicado de secuestrar a un maestro, en Ciudad Quetzal del municipio de San Juan Sacatepéquez, Guatemala.
El grupo habría sido el responsable del secuestro a un maestro que logró escapar de su cautiverio y pedir auxilio policial el pasado 9 de abril, durante un descuido de sus captores.
La víctima había sido interceptado cinco días antes, cuando regresaba de su trabajo en un instituto de San Juan Sacatepéquez en su motocicleta. Ese día fue colisionado por un automotor y perdió el conocimiento, despertó en una casa de seguridad en Ciudad Quetzal.
Este miércoles se logró la captura de José Vicente Ajvix Borrayo, de 28 años, alias «el Gordo»; y su esposa Ana Ofelia Hernández Faustina, 27, y Jackeline Angélica Godínez Suchité, supuestamente quien cuidaba a la víctima.
También se incauto el vehículo identificado por la víctima y por la investigación de la fiscalía, como el utilizado para interceptar y trasladar al maestro al lugar de cautiverio; el automotor está registrado a nombre de Hernández Faustina.
Según los investigadores, la víctima identificó a sus secuestradores y aunque la Policía hizo un allanamiento en el lugar donde lo mantuvieron retenido el mismo día del escape, la casa estaba vacía y sin indicios del secuestro.
El maestro, después de huir, encontró una patrulla y alertó a policías y soldados que se transportaban en ella. Los agentes lo reconocieron porque en la subestación había una foto de él por la desaparición.
La víctima , quien también es comerciante, impartía clases en el Instituto Nacional de Educación Básica, San Juan Sacatepéquez, y se le vio por última vez el 4 de abril a las 22 horas, después de haber asistido a dicho establecimiento.
Por su rescate, los secuestradores pedían Q500 mil, pero no se hizo ningún pago y sus parientes presentaron la denuncia. El Comando Antisecuestros determinó que las llamadas salían de Ciudad Quetzal.