Los transportistas de los buses rapiditos con ruta desde la residencial Arturo Quezada, hacia el Centro de Tegucigalpa en Honduras detuvieron este lunes sus funciones por un llamado de varios delincuentes que pretenden cobrarles el impuesto de guerra.
Los conductores manifestaron que ya no soportan más las extorsiones de los delincuentes de diferentes maras, como la 18 y la 13, quienes llegan de forma puntual cada semana a extorsionarles y encima esta semana les amenazaron con que iban a aumentar el cobro.
Esta situación tiene en zozobra a los trabajadores del transporte, porque el sueldo que ganan a diario no les ajusta para pagarle a más de una banda delictiva y mucho menos la cantidad que pide cada una por extorsiones.
Después de una asamblea entre los conductores, cobradores y dueños de los buses rapiditos, con lágrimas y la tristeza, determinaron hacer el cierre de funciones de forma temporal hasta que las autoridades policiales les ayuden a solventar esta problemática.
El grave problema radica en que si no pagan el dinero del cobro por la extorsión a los delincuentes, llegan a matar a quien sea para intimidarlos.
No es la primera vez que en el sector transporte se vive de este tipo de tragedias y es un hecho que siembra el temor en los trabajadores. Esta misma situación sufrieron los transportistas de la colonia Divino Paraíso, el pasado 21 de marzo cuando detuvieron sus funciones por la misma razón.
Los diferentes grupos delincuenciales están haciendo alarde con cobro de extorsión a los transportistas de países donde hay alto indice de miembros de pandillas de las diferentes maras, en El Salvador también suspendieron labores en diferentes rutas del país por el mismo problema.