La tierra ha vuelto a temblar. Un nuevo terremoto de magnitud 6,1, registrado por el US Geological Survey de Estados Unidos, ha sacudido Ecuador a las 08:33 h UTC, aproximadamente las cuatro de la mañana en Guayaquil. Tras el terrible terremoto de Ecuador, que afectó al país el pasado sábado dejando 525 muertos y más de 4.000 heridos, los peores pronósticos de los especialistas se han cumplido. El hipocentro se localizó frente a las costas de Esmeraldas a diez kilómetros de profundidad.
El seísmo que sacudió al país el sábado, junto con las réplicas registradas posteriormente, se han producido como resultado del desplazamiento de las placas tectónicas. En particular, la placa de Nazca o placa oceánica se sumerge por debajo de la placa Sudamericana o continental a una velocidad de 61 milímetros por año. Este proceso, conocido como subducción, provoca a su vez tensiones en el terreno hasta que este se rompe o, explicado técnicamente, se formen fallas. Como consecuencia, se observan grandes movimientos de bloques en el subsuelo que dan lugar a los temblores que percibimos.
Desde el pasado sábado, el Instituto Geofísico de Ecuador había registrado centenares de réplicas con una magnitud comprendida entre 3,5 y 6,1. La más importante se produjo el domingo a las 2:13 h (hora local), con una magnitud de 6,1, que pudo sentirse incluso en Guayaquil. Con el terremoto que ha vuelto a sacudir al país, se confirman las predicciones de los expertos, que habían reconocido que podía haber nuevos sismos con magnitudes superiores a 5,0.
Los daños que produjo el terremoto de Ecuador del pasado sábado, que pueden contemplarse a vista de drone, han provocado también el envío de cientos de cadenas de mensajes falsos a través de WhatsApp. Los expertos contactados por este medio señalan que el riesgo de que este país u otras regiones como Chile, Japón o California sufran sismos es elevada. Por ello se debe promover la investigación sobre estos fenómenos e impulsar sistemas de prevención y evacuación óptimos. Lo más importante, sin embargo, sigue siendo mejorar la adecuación de las construcciones a la magnitud de seísmos que pueden esperarse. Y es que, en palabras de la Dra. María José Jurado Rodríguez, investigadora del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, «son las construcciones que se derrumban por los terremotos las que causan víctimas«. Por eso debemos aprender a convivir con estos sismos poniendo en marcha nuevas medidas de seguridad, especialmente en los edificios.