Los criminales llegaron para exigir que les entregaran 100 mil dólares. Luego de una negociación aceptaron 25 mil, pero terminaron llevándose sólo 20 mil y matando a la mujer y sus dos hijas. Tres están en prisión preventiva.
Eran las 5:00 de la mañana, aproximadamente, cuando Olga Lidia se sorprendió al ver a aquel hombre conocido de la familia, junto a dos más, dentro de la sala de su casa, en Santa Tecla, estaban armados con cuchillos y machetes. La señora intuyó que Mauricio no estaba allí con sanas intenciones.
Mauricio, no nos vayas a hacer nada, le dijo Olga, intuyendo que algo malo les ocurriría ese día. Pero aquel pintor de brocha gorda no le dijo nada… actuó.
Con la ayuda de Pedro Geovanny, rápidamente sometieron a Olga Lidia, amenazándola con unos cuchillos la llevaron de regreso al dormitorio del cual había salido. Allí también sometieron a otra persona.
Lo anterior consta en la acusación formal presentada por la Fiscalía General de la República contra Mauricio Alberto Méndez Hernández, Pedro Geovanny Guerra Ortiz y Josué Rubén Monterrosa López.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, que consta en el proceso judicial, los tres son sospechosos de asesinar a Olga Lidia Salinas y a sus hijas Katherine Alejandra, de 22 años, y Sofía , de 7, el pasado 4 de abril en la colonia Quezaltepec, en Santa Tecla, departamento La Libertad en El Salvador.
Según el proceso judicial los tres detenidos también están acusados de intento de asesinato de otra persona y de robo agravado.
Según la acusación de la Fiscalía, este último delito fue la motivación que los tres sospechosos y un menor de edad tuvieron para cometer la masacre.
Olga y la otra persona, fueron atadas de pies y manos, además les colocaron un trapo en la boca a cada uno.
En esto participó un menor de edad en complicidad con los otros sujetos.
La Fiscalía, explicó en el requerimiento, que Mauricio se llevó a la otra persona a otra habitación en donde le exigió que le entregara cien mil dólares a cambio de no hacer daño a la familia, quienes continuaban sometidas por el menor de edad y Josué Rubén en una de las habitaciones. Al cabo de una hora de negociación, Mauricio aceptó 25 mil.
En el expediente fiscal consta, que el acuerdo de los $25 mil llegó a eso de las 6:00 de la mañana, por lo que tendrían que esperar a que fueran las 9:05 para que abrieran un banco.
A las 9:00 horas, según la Fiscalía, la otra persona salió de la casa con Mauricio, tomaron el bulevar Diego de Holguín y luego se desviaron por la 7a. Avenida Norte, tomando la calle Chiltiupán.
Fueron al banco en el auto de Olga y llegaron aproximadamente a las 9:15.
Se hizo la transacción bancaria, pero solo lograron sacar 20 mil dólares.
El dinero fue entregado en 10 fajos de 2 mil dólares cada uno, en billetes de a 20.
En el banco tardaron unos 15 minutos y otros 15 en retornar a la casa por la misma ruta.
Según se explica en el requerimiento fiscal, en todo el recorrido, un carro los seguía de cerca. Era Pedro Geovanny quien los vigilaba a una distancia de 15 metros.
En el trayecto de regreso a casa, José Mauricio recibió los 20 mil dólares, según consta en la acusación fiscal.
En el expediente también se narra, que los acusados y la persona que dio el dinero, entraron a la casa porque José Mauricio habló por teléfono a uno de sus cómplices para que abriera el portón de la casa.
De inmediato, la persona fue conducida a otra habitación. La mujer y sus dos hijas estaban vivas en otro lado de la casa.
Según se explica en el documento del Ministerio Público, cuando parecía que el suplicio de la persona que dio el dinero y de la mujer y sus hijas, había terminado, las cosas dieron un giro trágico. ¡Hey, colabore; hínquese, queremos salir de esto rápido!, le dijo Mauricio a la persona con la que habían negociado.
Según la Fiscalía, la víctima se resistió. Otro de los delincuentes le gritó a Mauricio que le cortara las piernas. La otra persona se hincó.
De inmediato Mauricio le hizo una herida en el cuello y muchas otras en el abdomen.
El hombre, gravemente herido, cayó de lado y lo creyeron muerto, dice el documento judicial.
Luego de eso, Mauricio se dirigió adonde estaban las otras tres personas, la mujer y sus dos hijas, que fueron asesinadas en ese momento.
Según el requerimiento fiscal, el lesionado se logró levantar y sacó las suficientes fuerzas para cerrar con pasador la puerta de la habitación donde lo habían dejado.
Luego, de acuerdo al requerimiento fiscal, el herido vio un teléfono que, por descuido, Mauricio había dejado, así que llamó varias veces al Sistema de Emergencias 911, pero no le contestaron.
Los delincuentes escucharon que él estaba llamando a la Policía, por lo que intentaron abrir a golpes la puerta. Este hijo de p está vivo, dijeron.
Según la Fiscalía, el lesionado fingió que hablaba con la Policía y gritó: ¡Apúrense, ingresen ya; aquí están los sujetos que han matado a tres personas; apúrense, entren ya!.
Al gritar un par de veces pidiendo a la Policía que ingresara, los delincuentes asesinos escaparon por la puerta, llevando consigo los 20 mil.
En el expediente fiscal se detalla que los sujetos habían asesinado a Olga y en la otra habitación también habían matado a la joven de 22 años y a la niña de 7.
El herido salió a la calle pidiendo auxilio y una patrulla lo trasladó a un hospital.
Lo anterior consta en las primeras investigaciones realizadas por la Fiscalía, que ahora busca hacer justicia por el asesinato de una mujer contadora y empresaria, la hija, una estudiante de ciencias Jurídicas y una niña de 7 años.