Más de 100 personas murieron y al menos 200 resultaron heridas el domingo en un enorme incendio desatado durante un espectáculo de fuegos artificiales en un templo en el estado de Kerala, en el sur de India, según las autoridades. El fuego comenzó cuando una chispa del espectáculo prendió otra remesa de fuegos artificiales que se almacenaba en el complejo del templo de Puttingal, en la localidad de Paravoor, situada al norte de la capital del estado de Kerala, dijo el ministro jefe Oommen Chandy, máximo cargo electo del estado.
Miles de personas abarrotaban el recinto cuando se produjo una gran explosión en torno a las 3 de la madrugada, según las autoridades. Las llamas se expandieron con rapidez por el templo, atrapando a los fieles dentro.
La mayoría de las 102 víctimas mortales murieron al derrumbarse el edificio donde se almacenaban los fuegos artificiales, explicó Chandy a la prensa en el recinto del templo.
Las televisoras locales mostraron imágenes de densas nubes de humo blanco que se alzaban desde el templo, mientras los fuegos artificiales se elevaban en el cielo nocturno. Varias explosiones en el edificio donde se almacenaban los fuegos artificiales lanzaron despedidos trozos de concreto hasta un kilómetro (media milla) de distancia, según la vecina de la zona Jayashree Harikrishnan.
Cada año, el templo organiza una competición de fuegos artificiales en la que varios grupos ofrecen sucesivos espectáculos para miles de devotos reunidos para el último día de un festival de siete días en honor de la diosa Bhadrakali, una encarnación en el sur de India de la diosa hindú Kali.
Las autoridades regionales habían prohibido el espectáculo este año, dijo Chandy.
El Alto Tribunal del estado había ordenado antes que los fuegos artificiales se almacenaran a más de 100 metros (yardas) de los templos, una medida que se ignoró en el templo de Paravoor, dijo Loknath Behera, alto cargo policial.
«Investigaremos cómo se ignoraron las órdenes y quién fue responsable por la decisión de seguir adelante con el espectáculo de fuegos artificiales», dijo Chandy.
Krishna Das, residente del pueblo de Paravoor, dijo que había empezado a alejarse a pie del templo cuando iban a terminar los fuegos artificiales, cuando se produjo una ensordecedora explosión, seguida por otras más pequeñas.
«Apenas unos minutos antes, estaba en el templo viendo los fuegos artificiales», dijo Das. El testigo dijo haber visto a decenas de personas que huían corriendo, perseguidas por el fuego, y fragmentos de concreto y yeso del edificio del templo.
El complejo se quedó sin electricidad en cuanto se produjo la primera explosión, añadió Das.
«Fue un completo caos. La gente gritaba en la oscuridad. Se oían sirenas de ambulancias, y en la oscuridad, nadie sabía salir del complejo», explicó.
En el exterior del recinto había seis ambulancias aparcadas como precaución, informó. Los vehículos se emplearon para llevar a los heridos a hospitales en las ciudades cercanas de Kollam y Thiruvananthapuram.
Vecinos de la zona y policías sacaron a muchos de los heridos de debajo de losas de concreto.
Muchos de los edificios situados en un radio de un kilómetros (menos de una milla) del templo sufrieron daños, con grietas en las paredes o cristales rotos por el impacto de la explosión, dijo Das.
Los bomberos habían controlado el fuego para cuando llegó la mañana, afirmaron las autoridades. Equipos de rescate buscaban sobrevivientes entre los restos, y varias excavadoras retiraban escombros mientras las ambulancias llevaban a los heridos a hospitales cercanos.
Al romper el día, miles de preocupados familiares acudieron al templo en busca de sus seres queridos. Muchos lloraban, y presionaban a policías y rescatistas pidiendo información de sus seres queridos.
El primer ministro, Narendra Modi, viajaba a Kerala acompañado por varios médicos para reunirse con sobrevivientes y familias de las víctimas.
En uno de los principales hospitales de Thiruvananthapuram, el médico Thomas Mathew informó que a juzgar por las heridas, también era probable que se hubiera producido una estampida en el templo.
«Había pocas mujeres o niños entre los heridos. La mayoría eran hombres», añadió el médico.