El papa Francisco pidió hoy a los católicos de todas partes del mundo que se reconozcan pecadores y que no teman sus miserias porque, dijo, siempre tendrán la certeza del perdón de Dios. «No debemos temer nuestras miserias, cada uno de nosotros tiene las suyas. La potencia del amor del Crucificado no conoce obstáculos y nunca se agota, y cancela nuestras miserias», afirmó el papa Francisco durante la audiencia general de este miércoles en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
«Todos somos pecadores pero todos somos perdonados (…) Jesús desde la cruz suplica el perdón del Padre para todos sin excluir a nadie. Por eso, no debemos temer reconocernos pecadores, cuando nos confesamos arrepentidos tenemos siempre la certeza de su perdón», agregó.
Jorge Bergoglio subrayó que el Evangelio es signo de «ese amor puro, gratuito y absoluto» que muestra Jesús y que «llega al culmen con el sacrificio de la cruz», y destacó que «Jesús comienza su misión poniéndose en la fila de los pecadores para recibir el bautismo de Juan, mostrándonos así su compasión su solidaridad con la condición humana».
«Acerquémonos al sacramento de la reconciliación que actualiza la fuerza del perdón que nace de la cruz y renueva en nosotros la gracia de la misericordia divina, haciéndonos capaces de amar y perdonar como el señor nos amó y nos perdonó», expuso.
Ya en los saludos finales, el papa Francisco recordó que hoy se celebra el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, y sostuvo que «el deporte es un lenguaje universal que acerca a los pueblos» y que «puede contribuir en la superación de los conflictos».