Hillary Clinton reprendió a un manifestante de Greenpeace. Asoció a Bernie Sanders con los republicanos del Tea Party. Y enfureció cuando unos 25 partidarios de su contrincante interrumpieron uno de sus eventos gritando «si ella gana perdemos». «No quieren escuchar a nadie más», contestó la precandidata demócrata. «Tenemos que actuar. No sólo quejarnos de lo que está sucediendo».
Después de un año de campaña, meses de debates y 35 elecciones primarias, Sanders finalmente comenzó a irritar a Hillary Clinton en la contienda por la candidatura presidencial demócrata.
Durante semanas, Clinton había ignorado ampliamente a Sanders e intentado enfocarse en Donald Trump, quien marcha como favorito para llevarse la candidatura presidencial republicana.
Ahora, después de varias derrotas en elecciones primarias y lo que se perfila como una reñida contienda en Nueva York, Clinton exhibe destellos de exasperación con el senador de Vermont, situación que podría socavar los intentos de ella para unir al partido en torno a su candidatura presidencial.
Según demócratas cercanos a la precandidata y al expresidente Bill Clinton, ambos están frustrados por la capacidad de Sanders para presentarse como un político fuera de lo habitual al tiempo de repeler lo que describen como ataques equivocados.
Los Clinton están incluso más disgustados de que el discurso de Sanders parece atraer y conservar a los electores jóvenes.
Aunque el equipo de Hillary Clinton sostiene que ella tiene garantizada la candidatura demócrata de una forma «casi insuperable», su equipo de campaña afirma que Sanders no ha afrontado el mismo nivel de escrutinio que ella, que fue secretaria de Estado, senadora de Nueva York y primera dama.
Los colaboradores de Clinton se quejan de las posturas de Sanders. Dicen que el senador ha roto su compromiso de evitar ataques personales al referirse a los discursos pagados de la precandidata y los vínculos de ella con Wall Street. También señalan las veces que partidarios del senador han abucheado el nombre de Clinton en los actos de campaña de Sanders.
El asesor de Sanders, Tad Devine, dijo que el senador no alienta a sus partidarios a interrumpir actos de campaña de Clinton y que estaba concentrado en su propio mensaje.
Sin embargo, también señaló que el equipo de campaña de Bernie Sanders responderá si Clinton caracteriza equivocadamente el historial y las posiciones del precandidato.
Los ataques de ella sólo ayudan a Sanders, agregó.
«Cuando las críticas de una persona contra un oponente alimentan las mayores debilidades de quien las hace, entonces esa persona está socavándose a ella misma», declaró Devine.