Turquía arrestó el sábado al presunto responsable de un atentado con coche bomba que mató a siete policías el jueves en Diyarbakir, una ciudad mayoritariamente kurda del sureste del país, en momentos en que otro ataque dejaba un muerto en la región, según medios turcos. El arresto tuvo lugar en el barrio de Kovakoy, en Diyarbakir, donde se registró el atentado del jueves que también dejó 27 heridos, precisó la agencia Dogan.
Nueve sospechosos más habían sido detenidos el viernes en el marco de la investigación.
El HPG, brazo armado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), reivindicó el viernes este atentado, afirmando que se trataba de una «represalia por los ataque del ejército turco en Kurdistán».
Más al sur, la explosión poco antes de la medianoche del viernes de un automóvil mató a un obrero de la construcción sirio y dejó 18 heridos más cerca de una base militar en Kiziltepe, en la provincia de Mardin, anunció el ejército.
Después de dos años de alto el fuego, los combates entre fuerzas del orden turcas y el PKK se reanudaron el pasado verano boreal, haciendo pedazos las negociaciones de paz iniciadas en 2012 para poner fin a un conflicto que ha dejado más de 40.000 muertos desde 1984.
Según el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, al menos 355 miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en los enfrentamientos desde que se reanudaron las hostilidades, junto a 5.359 miembros del PKK, cifras que no pueden ser contrastadas independientemente.