El grupo de expertos realizó un nuevo peritaje en el basurero de la localidad mexicana de Cocula para despejar las dudas sobre si allí murieron incinerados los 43 de Ayotzinapa. Los padres de los estudiantes señalaron que no fueron informados acerca del resultados de este nuevo procedimiento.
Las experticias del nuevo peritaje en el basurero de la localidad mexicana de Cocula, en el estado de Guerrero (sur), determinaron que al menos 17 personas adultas fueron quemados en el lugar.
El portavoz del grupo, Ricardo Torres, señaló este viernes que hay «evidencia suficiente, inclusive observable físicamente, para afirmar que sí existió un evento de fuego controlado de grandes dimensiones».
A través de un comunicado los expertos indicaron que para establecer si hubo «una quema masiva de 43 cuerpos, tal y como se indicó en las declaraciones de los detenidos por estos hechos» es necesaria «una prueba a gran escala».
El grupo de expertos acordó «realizar más pruebas las próximas semanas con el propósito de corroborar científicamente si es posible llevar a cabo la quema de 43 cuerpos humanos adultos». Torres señaló que los resultados de estas pruebas «serán dados a conocer en su momento».
Durante seis semanas, analizaron si las condiciones contenidas en testimonios y estudios periciales realizados con anterioridad permitían determinar la presencia o ausencia de episodios de fuego en el basurero, indicó el subprocurador Eber Betanzos.
De acuerdo a la versión oficial, rebatida por los familiares de los desaparecidos, los estudiantes fueron entregados por policías la noche del 26 de septiembre de 2014 a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes los asesinaron e incineraron en el vertedero de Cocula.
En las últimas horas del jueves, cuando acababa el plazo establecido, el grupo colegiado entregó los primeros resultados de este nuevo peritaje a la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía), en un sobre cerrado.
Otro peritaje realizado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) destapó en febrero pasado la falta de consistencia «entre la evidencia científica y testimonial», por lo que se determinó que la incineración no pudo producirse.
En Cocula no se rescató ninguna evidencia «biológica ni no biológica» que probara que hubiera una incineración en masa de la magnitud y la duración requerida, afirmaron entonces los argentinos.