En El Salvador la cifra de homicidios registrados ayer es más del triple del número de casos de los dos días anteriores, cuando hubo cuatro asesinatos cada día. Entre el 1 y el 30 de marzo se han cometido 593 homicidios, informó hoy la Policía Nacional Civil (PNC), lo que equivale a un promedio de 19.7 muertes diarias. El pasado fin de semana inició una reducción de asesinatos luego que las pandillas ofrecieran a través de un video en las redes sociales un cese de los crímenes.
El sábado pasado hubo 17 homicidios, el domingo nueve, el lunes y martes cuatro en cada día y ayer miércoles la cifra subió a 13 casos.
Contrario a otros períodos en que se han registrado leves reducciones de los asesinatos y el gobierno ha dicho que es producto de la efectividad de las acciones de seguridad, en esta ocasión los funcionarios gubernamentales y autoridades de justicia han reconocido que la disminución de muertes violentas ha sido producto de la decisión de los grupos terroristas, que pueden manejar a su antojo las cifras.
Todo esto ocurre paralelo a las medidas extraordinarias que el Gobierno ha anunciado desencadenadas por la masacre de once trabajadores perpetrada el 3 de este mes y cuya orden fue dada por cabecillas de pandillas recluidos en los centros penales de Izalco (Sonsonate) y Ciudad Barrios (San Miguel).
De esos y otros centros penitenciarios fueron extraídos este martes un total de 299 cabecillas de pandillas identificados por girar órdenes de extorsión y asesinatos. Fueron trasladados al penal de Quezaltepeque pues el penal de máxima seguridad en Zacatecoluca ya alcanzó su máxima capacidad, explicaron las autoridades de El Salvador.
Además desde esa fecha hay un estado de emergencia que durará quince días. No obstante, podría perpetuarse hasta por un año con la aprobación del primer paquete de medidas excepcionales presentado hoy por el ejecutivo ante la Asamblea Legislativa y que se espera sea aprobado mañana en una sesión plenaria extraordinaria, convocada exclusivamente para eso.
Las medidas están centradas en endurecer el control del ámbito penitenciario, pero el Gobierno ha dicho que en las siguientes semanas presentarán más iniciativas.
En principio se contempló la posibilidad de instaurar un estado de excepción en El Salvador para combatir la creciente ola de violencia, sin embargo esta medida ha sido descartada en su totalidad por el Gobierno.