516 bombas de mecha corta, utilizadas para la pesca ilegal fueron destruidas, por la policía de Chinandega, en un predio baldío dentro de las instalaciones del Segundo Comando Regional Militar del Ejército de Nicaragua, Gaspar García Laviana, ubicado al norte de la cabecera departamental.
El explosivo fue ocupado, a eso de las 4:30 a.m, en una bahía en la entrada a la ciudad, cuando agentes de seguridad pública se disponían a ubicar un retén policial en ese tramo de carretera, cuando vieron a dos personas con actitud sospechosas, se acercaron, pero al verse descubiertos, se alertaron y salieron huyendo dejando abandonadas las dos bolsas, plásticas tamaño quintal , que tenían en su interior las bombas, manifestó el comisionado Julio Martínez, segundo jefe del Departamento de Auxilio Judicial, de la policía de Chinandega.
Además, informó que, Los agentes dieron persecución a los sujetos, pero lograron escapar rumbo a León por lo que se presume que los explosivos eran transportados desde esa zona con destino a algún acopio para luego ser distribuidos a las diferentes costas del litoral, por lo que estamos dándole seguimiento e investigando, dijo.
Esté tipo de explosivo es considerado de alta peligrosidad, por eso su fabricación está prohibida, al igual que su comercialización, de acuerdo a la Ley 510 Ley de Armas, Municiones, Explosivos y Materiales relacionados.
La bomba de mecha lenta, es fabricada de manera artesanal, está compuesta de clorato de potasio, azufre y azúcar, envolturas de papel carbón y alambre de amarre; además, en su interior lleva un detonante, una pequeña bomba capaz de producir una fuerte explosión generando una expansión en un radio de 50 metros, la que se cree se genera dentro del mar, cuando es lanzada por algunos pescadores que la utilizan de manera inadecuada para extraer una gran cantidad de pescados, causando la destrucción de arrecifes y la muerte de todo tipo de especie marina y hasta de la misma vida humana.
Antecedentes con resultados fatales:
El primer caso reportado por la policía con daños materiales, fue la explosión de un taller clandestino, el 3 de enero de este año, en una comunidad al norte de la ciudad de Posoltega. En esa ocasión solo se reportaron daños materiales y afectaciones a la salud de los habitantes.
Más tarde, el 01 marzo agentes de inteligencia descubrieron un taller clandestino en la comunidad costera Mechapa. El operativo policial dejó la ocupación de unas 3000 bombas artesanales, material de fabricación y la detención de tres personas originarias de León.
Uno de los casos que estremeció a la ciudadanía fue el 11 de Marzo. Un joven de 17 años originario de Posoltega, falleció de manera trágica tras generarse una explosión, cuando transportaba este tipo de bombas, en una motocicleta en la zona El Tintal, al oeste de el municipio de El Viejo.
Se conoció que cada explosivo tiene un costo de 25 córdobas y tiene capacidad para matar una tonelada de peces. Es por ellos que sobre mar y tierra, instituciones como: La Policía Nacional, la Fuerza Naval, Ejército de Nicaragua, Impesca y otras que velan por la protección del medio ambiente y los recursos naturales, unen esfuerzos para hacerle frente a la problemática, combatir este tipo de delitos y evitar daños a la naturaleza.