Al menos 65 personas murieron y más de 300 resultaron heridas el domingo tras la detonación de una bomba en un parque familiar en la ciudad de Lahore, en el este de Pakistán, informaron autoridades. Una facción paquistaní del Talibán se responsabilizó del atentado.
Ahsanullah Ahsan, vocero del grupo Jamaat-ul-Ahrar, dijo a The Associated Press que un atacante suicida atacó deliberadamente a la comunidad cristiana.
El funcionario de policía Haider Ashraf dijo que la explosión ocurrió el domingo en el estacionamiento del parque Gulshan-e-Iqbal, cerca de donde hay juegos para niños. Las autoridades ya sospechaban de un atentado suicida. La investigación permanece abierta, dijo Ashraf.
Muchos de los heridos están graves, dijo Salman Rafiq, asesor de salud del gobierno de la provincia de Punjab.
Zaeem Qadri, vocero del gobierno de Punjab, informó que el gobierno declaró tres días de luto y prometió que los culpables serán enjuiciados.
Había muchas personas en la zona debido a que los cristianos celebraban el domingo de Pascua y muchas familias estaban saliendo del parque al momento de la detonación. El policía afirmó que la cifra de muertos podría aumentar debido a que muchos de los heridos estaban en condición crítica.
«Estamos es una situación similar a la guerra y siempre hay amenazas en general, pero no se recibió una alerta específica para este lugar», indicó Ashraf, quien señaló que sí había personal de seguridad en el lugar.
Imágenes de la televisión mostraban escenas caóticas en el parque, personas corriendo y cargando niños, y con gente acunando a heridos en su regazo.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional dijo que Estados Unidos «condena severamente el ataque» al que describió como «un acto cobarde en lo que ha sido desde hace tiempo un bello y pacífico parque». Ned Price dijo que Estados Unidos seguirá trabajando conjuntamente con Pakistán y sus aliados «para arrancar de raíz el flagelo del terrorismo».