Los cuerpos de 16 de los 22 fallecidos en el accidente de un avión del Ejército en la Amazonía llegaron este miércoles a Quito, Ecuador, donde se instalará la capilla ardiente y se celebrará una misa. En la pista de aterrizaje del aeropuerto Mariscal Sucre de la capital ecuatoriana, familiares y autoridades recibieron entre llantos y lamentos los féretros del avión procedente de la zona del siniestro, uno de los peores de la historia de la aviación militar ecuatoriana.
Con himnos militares de fondo y ante la presencia del presidente Rafael Correa, los féretros fueron introducidos en trailers militares para ser trasladados a la Escuela Superior Militar «Eloy Alfaro», en Parcayacu, a las afueras de la capital.
Ahí se instalará la capilla ardiente y posteriormente se realizará una misa. Los otros seis cuerpos fueron trasladados directamente a sus lugares de origen.
Rafael Correa decretó para este miércoles y jueves dos días de duelo nacional «por el lamentable fallecimiento e irreparable pérdida de los veintidós soldados valientes de la patria».
La aeronave, que llevaba 19 paracaidistas, dos pilotos y un mecánico, cayó este martes en la provincia amazónica de Pastaza (este), en un sector limítrofe con Perú, todavía por causas desconocidas.
El ministro de Defensa de Ecuador, Ricardo Patiño, quien se trasladó en la tarde el martes al lugar del siniestro, aseguró que solamente se sabe que el avión «se estrelló contra una montaña, una roca» e informó que se iniciarán las investigaciones para esclarecer el caso.
El avión Aravá del Ejército se accidentó hacia las 14H30 (19H30 GMT) del martes en el sector de Fátima, en Pastaza, cuando transportaba a personal militar que realizaba un curso de maestros de salto en paracaídas.