Este jueves la junta directiva de la Asamblea Nacional realizó un acto solemne para entregar al arzobispo emérito de Managua, Cardenal Miguel Obando y Bravo, el autógrafo y publicación de la Ley 924 que lo declara Prócer Nacional de la Paz y Reconciliación.
A lo largo de su vida el Cardenal Miguel ha sido un ejemplo de humildad, dijo el presidente del Parlamento, diputado René Núñez, al iniciar el acto. Es por ello que tras nombrarle arzobispo de Managua y llevar consuelo a los afectados por el terremoto, se vio como alguien de confianza para fungir como mediador en la lucha revolucionaria.
Fue así que Su Eminencia en ese entonces logró una solución al asalto a la casa de Chema Castillo en 1974 y al asalto al Palacio Nacional en 1978, destacó el diputado Núñez.
Soportando contradicciones de todo tipo nunca dejó de intervenir en situaciones de dificultad, llamando a la reconciliación y sembrando la semilla de la paz y el reencuentro en el país, por ello la Asamblea Nacional consideró tenia méritos suficientes para distinguirlo.
Como deber de los pueblos de reconocer el valor y la gloria de sus hijos que han vivido en función del sacrificio personal como Su Eminencia y los que han ofrendado sus vidas para lograr la paz y la reconciliación de la cual goza hoy el pueblo de Nicaragua, leyó la primera secretaria Alba Palacios.
Tras la lectura pronunció su discurso el Cardenal Miguel Obando, en el que agradeció el reconocimiento en primer lugar a Dios, a la Virgen Santísima y al Presidente Daniel Ortega y a la Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo.
Agradezco al valeroso pueblo de Nicaragua, verdadero artífice de la paz y la reconciliación y auténtico dueño de tan alta distinción de la cual soy solamente el depositario, dijo.
Para el Prócer Nacional, su vocación como sacerdote de Cristo fue el principal impulso que tuvo para actuar como negociador en conflictos políticos, sin importar los riesgos.
Nunca he buscado honores ni distinciones ni primeros lugares. Mi única aspiración es como dice San Juan de la Cruz: En el ocaso de nuestras vidas seremos juzgados por el amor, puntualizó.
En el acto estuvieron presentes representantes de los poderes del Estado, autoridades de la Iglesia Católica, religiosos, la comunidad educativa de la UNICA y amigos de quien tiene el honor de ser el primer cardenal en la historia de Nicaragua y Centroamérica.