Cientos de feministas hondureñas marcharon este martes, Día Internacional de la Mujer, para exigir una comisión internacional que investigue a la empresa Desarrollos Energéticos Sociedad Anónima (DESA) por el asesinato de la ambientalista Berta Cáceres.
«El gobierno tiene que investigar el asesinato y tiene que investigar a DESA porque es la empresa que estaba amenazando a Berta», como coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares a Indígenas de Honduras (Copinh), afirmó a la AFP la activista Suraya Martínez, del Centro de Estudios de la Mujer.
Cáceres fue asesinada la madrugada del 3 de marzo en la ciudad de La Esperanza, 200 km al noroeste de la capital, por encapuchados que entraron a su vivienda e hirieron al mexicano Gustavo Castro.
«Está claro quiénes eran los que amenazaban a Berta por defender el río Gualcarque, pero la investigación tiene que ser de una comisión internacional porque el gobierno lo que ha hecho es criminalizarla y tratar de ocultar a los culpables», denunció Martínez.
Al momento de su asesinato, Cáceres libraba una batalla contra un proyecto de DESA de construir una represa hidroeléctrica sobre el río Gualcarque, que nutre de agua a comunidades indígenas.
Las integrantes de diferentes organizaciones feministas se reunieron frente a Casa Presidencial y marcharon hacia el Congreso coreando consignas como: «Berta no murió, se multiplicó» y «Los asesinos tienen nombre».
Martínez dijo que se concentraron frente al Congreso para exigir a los diputados que «declaren el río Gualcarque como patrimonio nacional para que nadie ande ambicionando sus aguas, como DESA y (la empresa china) Sinohydro» que han pretendido construir una represa hidroléctrica en el afluente.
Unas 700 familias indígenas lencas integradas en el Copinh, encabezadas por Cáceres, emprendieron desde 2013 una serie de protestas para exigir el retiro de Sinohydro y DESA, que han pretendido construir una hidroeléctrica en el Gualcarque.
En la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, las organizaciones feministas clamaron también por el cese de los feminicidios.
Un total de 4.018 mujeres fueron asesinadas en el país centroamericano entre 2014 y 2015, y 96% de los casos está en la impunidad, según activistas del movimiento feminista.
Honduras está catalogado como uno de los países más violentos del mundo con 60 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2015, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional.