El secretario estadounidense de Estado, John Kerry, conversó telefónicamente este viernes con el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, y le informó que viajará a La Habana acompañando al presidente Barack Obama y no antes, como tenía previsto, anunció un vocero del Departamento de Estado. La semana pasada, al hablar ante una comisión del Senado, Kerry había revelado que pretendía viajar a la capital cubana antes de la visita del mandatario.
Sin embargo, según el vocero John Kirby cuestiones de agenda obligaron a una modificación de los planes.
Obama realizará el 21 y 22 de marzo una histórica visita a Cuba, sellando así la reaproximación entre Washington y La Habana después de más de medio siglo de ruptura, aislamiento y desconfianza.
En la conversación con Rodríguez, John Kerry «expresó su decepción» por los problemas de agenda, dijo Kirby, para añadir que el jefe de la diplomacia estadounidense viajará en cambio junto con el presidente.
Según Kirby, durante su diálogo Kerry y Rodríguez «reiteraron su compromiso» para que la visita de Obama a La Habana «sea un éxito» y mantener el esfuerzo para que «el camino a la normalización de relaciones siga en la dirección que ya ha tomado».
El vocero del departamento de Estado reiteró que Washington mantiene preocupaciones con la situación de los derechos humanos, y añadió que los funcionarios en Washington han sido «muy sinceros y muy francos sobre esto, tanto de forma pública como en canales privados».
El Departamento de Estado mantiene su convicción de que «abrir la relación con Cuba, normalizar la relación mediante una política externa apropiada, es una mejor forma para tener discusiones con todos en la sociedad cubana», expresó.
«Si quieres hacer una diferencia, la mejor forma de hacerlo es a través del diálogo, de conversaciones», dijo Kirby.
En tanto, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, afirmó este viernes que Barack Obama pretende reunirse con representantes de la oposición política cubana, aunque apuntó que la lista de interlocutores aún no está definida.
La lista de invitados «será definida únicamente por la Casa Blanca. No habrá ningún aporte del gobierno de Cuba sobre quiénes participarán de la reunión», señaló Earnest.
Washington y La Habana sepultaron medio siglo de enemistad al reanudar relaciones diplomáticas el pasado verano boreal.