Para Hillary Clinton, las primarias presidenciales demócratas del sábado en Carolina del Sur no son sólo una ocasión para ganar, sino para hacerlo a lo grande frente a su rival Bernie Sanders.
Tras sufrir algunos altibajos en el arranque de las primarias, un triunfo considerable de Clinton supondría un impulso moral para su campaña a la Casa Blanca y una buena ocasión para dejar atrás los malos recuerdos de su derrota en 2008 en el estado, el cuarto en votar y preludio del ‘supermartes’.
La ex senadora demócrata es la favorita en la entidad, estado de la costa atlántica y lugar histórico del sur, con más de la mitad de los votantes demócratas son negros y donde hasta julio pasado ondeaba en su capital, Columbia, la bandera Confederada, considerada por muchos como un símbolo racista.
Además dejaría a Clinton en el camino de conseguir un gran número de delegados en el ‘supermartes’ de la próxima semana en los estados del sur.
Los electores comenzaron a votar a las 07H00 locales (12H00 GMT). los centros de votación cerrarán a las 00h00 GMT y las cadenas de televisión podrán declarar un ganador al cierre si hay una clara ventaja.
En lugar de dedicar un preciado tiempo a un estado que está dispuesto a perder, el senador Sanders pasó gran parte de la semana en las zonas que votarán en marzo.
El senador pasará este sábado en Texas y Minesota, mientras Clinton regresará por la noche a Columbia.
Incluso el viernes, en la víspera de las primarias de Carolina del Sur, empezó la jornada en Minnesota antes de viajar al sur para participar en un par de eventos.
Sólo el 3% de los delegados para la convención de investidura demócrata de julio en Filadelfia, de cara a las presidenciales de noviembre, serán adjudicados la noche de este sábado.
Pero 11 estados votarán la semana entrante en el llamado ‘supermartes’, que definirá 18% de los delegados en juego. Sanders domina en Massachusetts y Vermont, pero varios estados del sur también votarán con una composición demográfica similar a la de Carolina del Sur, como Alabama, Georgia y Arkansas, donde Bill Clinton fue gobernador hasta 1992.
Sanders cuenta con el voto de los jóvenes demócratas, que lo ayudó a derrotar a Clinton en New Hampshire, pero podría no ser suficiente en otras regiones.