La Iglesia católica en Bélgica recibió desde 2012 cerca de 400 denuncias de personas que dicen haber sufrido abusos sexuales a manos de sacerdotes cuando eran menores, anunciaron este lunes responsables católicos. El anuncio fue hecho casi seis años después de un enorme escándalo de pedofilia en la institución. En abril de 2010, el ex obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, confesó haber abusado de dos de sus sobrinos, y dimitió.
En lo sucesivo emergieron miles de testimonios sobre abusos cometidos desde hacía décadas por sacerdotes o miembros de congregaciones religiosas en Bélgica.
Acusada de guardar silencio, la Iglesia católica decidió a comienzos de 2012 apostar por la transparencia e invitó a las víctimas a darse a conocer, a través de 10 «puntos de contacto», prometiendo además una indemnización.
En 2012, 286 personas se manifestaron en uno de estos puntos de contacto. En 2013 fueron 37 y en 2014-2015, 95. Es decir, un total de 418, indicaron en conferencia de prensa el obispo de Tournai (oeste), Guy Harpigny, y el de Amberes (norte), Johan Bonny.
En el 80% de los casos, los hechos denunciados ocurrieron hace más de treinta años.
Cerca de la mitad de los hechos, el 43%, se habrían producido en escuelas, y alrededor de un 25% en las parroquias, según el informe anual de las iniciativas tomadas por la Iglesia en este ámbito presentado por ambos obispos.
En el momento de los hechos, el 89% de las presuntas víctimas tenían menos de 18 años, y el 23% menos de diez.
Los obispos de Tournai y Amberes llamaron a otras posibles víctimas a dar el paso: «Hay que romper el tabú. Es mejor prevenir que curar».