Las familias de los 65 mineros muertos en la explosión de una mina del norte de México hace 10 años reiteraron su petición a las autoridades para que los cadáveres sean recuperados. Según informó la Comisión Nacional de Derechos Humanos el domingo en un comunicado, la negativa de parte del gobierno de atender las recomendaciones de esta entidad hizo que los miembros de la organización «Familia Pasta de Conchos» se reunieran con el titular de la Comisión, Luis Raúl González Pérez.
Los afectados le expusieron varias quejas a González Pérez, así como su deseo de que los cuerpos de los mineros sean recuperados.
El 19 de febrero de 2006, una explosión en la Mina Pasta de Conchos dejó 65 trabajadores muertos y varios heridos en el norteño estado de Coahuila. Nunca se recuperaron los cuerpos de los fallecidos.
Familiares de las víctimas, trabajadores y habitantes de varios municipios de estado pidieron a González Pérez que les apoye en sus gestiones ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y denunciaron «agresiones violentas» por parte de personas que dicen ser enviados por quienes controlan las minas y que, según los denunciantes, ya han costado una vida.
También presentaron una queja porque nuevas excavaciones mineras ponen en peligro sus viviendas.
En febrero de 2015, hombres armados secuestraron por lo menos a 12 trabajadores de la minera Media Luna, en el municipio de Cocula, estado de Guerrero (sur).
El representante de Media Luna, Juan Zúñiga, señaló en conferencia de prensa que el levantamiento (secuestro) de los mineros ocurrió cuando en un vehículo de la empresa los trasladaba a sus domicilios.
El número de trabajadores se ubicó entre 12 y 19, además de empleados de mayor jerarquía.