Al menos seis funcionarios murieron el miércoles en Bolivia luego de que un grupo de manifestantes ocupó e incendió la planta baja de la Alcaldía de El Alto. La violenta protesta sucedió mientras los bolivianos se preparan, divididos, para decidir el domingo en un referendo si avalan una reforma constitucional que permitiría al mandatario de izquierda postularse para un tercer término consecutivo.
«Seis funcionarios del Gobierno Autónomo Municipal de El Alto, perdieron la vida este miércoles, en la violenta toma a las oficinas del municipio que protagonizaron dirigentes de la Federación de Padres de Familia», informó en un comunicado la alcaldía, ubicada en el centro-oeste del país andino.
Los manifestantes, padres de familia que protestaban en demanda de obras públicas y mejoras en las escuelas, ingresaron en la mañana del miércoles al edificio municipal, donde incendiaron muebles y documentos, y luego fueron dispersados con gases lacrimógenos por la policía.
Las víctimas fallecieron de asfixia. Otros 30 funcionarios fueron trasladados con heridas a un hospital.
La alcaldesa Soledad Chapetón denunció que detrás de la protesta había dirigentes y grupos afines al Movimiento Al Socialismo, el partido oficialista. Desde el Gobierno, el viceministro de Régimen Interior, Marcelo Elío, responsabilizó en cambio a partidos opositores por la tragedia.
«Es un plan orquestado desde dentro de la Alcaldía«, dijo el viceministro a la radio estatal. «Es un plan que se ha urdido desde la derecha de Unidad Nacional y Sol.bo, se ha echado inclusive agua hirviendo a los manifestantes», sostuvo.