El gobierno de Canadá dijo este martes que la policía falló en investigar lo que posiblemente fueron miles de asesinatos de mujeres aborígenes, cuyas familias afirman que fueron erróneamente clasificados como suicidios, muertes accidentales o por causas naturales. La policía federal canadiense había dicho que 1.049 mujeres indígenas fueron asesinadas y 172 resultaron desaparecidas en las últimas tres décadas, en un informe de 2014 actualizado el año pasado.
Pero la ministra de Asuntos Indégenas, Carolyn Bennett, dijo que «la tragedia es mucho más amplia».
Una organización no gubernamental sugirió que la cifra podría elevarse a 4.000 asesinatos.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció en diciembre el inicio de una investigación pública sobre estas muertes y desapariciones de mujeres indígenas, cuyo número supera en proporción el que ocurre entre el resto de la población.
Bennet señaló que muchos caos fueron erróneamente clasificados y citó el ejemplo de una mujer que recibió un disparo en la parte trasera del cráneo y otra que falleció cuando tenía sus manos atadas a la espalda. Ambos casos fueron marcados como suicidios.
«No hay duda de que las familias quieren que ciertos casos sean reabiertos», agregó.
Muchas de las familias alegaron «desigual aplicación de la justicia» en estos casos.
«Es muy importante saber que estamos describiendo una tragedia, no sólo contando desaparecidas y asesinadas, porque eso no refleja la realidad que viven sus familias y las voces de los sobrevivientes», dijo la ministra.
El primer ministro liberal Trudeau, que asumió en noviembre, intenta acercarse a la población aborigen de Canadá, estimada en 1,4 millones de personas.
El anterior gobierno conservador se había resistido a dar importancia al número de mujeres aborígenes víctimas de la violencia.