El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, llegó este jueves en visita oficial a Cuba, donde sostendrá el viernes un encuentro inédito con el papa Francisco, tras el milenario cisma del cristianismo. Kirill, 69 años, fue recibido por el presidente cubano Raúl Castro en el aeropuerto José Martí de La Habana, el mismo lugar donde el viernes en la tarde se reunirá con Francisco, en el primer encuentro entre los líderes de las dos mayores confesiones cristianas, separadas desde hace un milenio.
«Con un sentimiento muy cálido visito por cuarta vez el territorio de Cuba. He llegado aquí en una visita de amistad, por invitación del jefe de estado de Cuba», dijo Kirill a su arribo a La Habana, primera escala de una gira que también incluirá a Paraguay y Brasil.
«Los pueblos de Rusia y Cuba están unidos por muchos años de colaboración, cooperación y de amistad» y «le deseo el bienestar al pueblo cubano», añadió el patricarca, que visitó la isla 1995, 2004 y 2008, cuando consagró la primera catedral de la Iglesia Ortodoxa Rusa en la isla.
Ambos líderes religiosos está previsto que aborden la finalización de la persecución y matanza de los cristianos en Oriente Medio, así como sus propias diferencias bilaterales.
La reunión también tendrá un matiz político que llega por las contradicciones de Rusia con Occidente acerca del tema de Siria y Ucrania.
El presidente Vladimir Putin ha apoyado a la Iglesia rusa, que a su vez ha influido en la política exterior de Kirill enfocada principalmente en Ucrania y el Oriente Medio.
Putin también ha mejorado las relaciones con Cuba tras el colapso en 1991 de la Unión Soviética, quien fue el principal benefactor del Gobierno de la isla caribeña hasta principios de la década de 1990.
En el 2001, durante el primer mandato de Putin, el ex presidente Fidel Castro aprobó la construcción del templo ortodoxo ruso en la isla, edificado frente a la bahía de La Habana, actualmente una zona turística en auge.
En el 2004, Kirill, cuando era jefe del departamento de asuntos exteriores de la Iglesia rusa, aterrizó en La Habana para presidir una ceremonia que incluyó la colocación de la primera piedra del templo.
Cerca de una decena de personas asistió el domingo a los servicios religiosos que se ofrecen regularmente. Entre los fieles estaba Tatiana Serrata Shilova, una ingeniera civil jubilada que ha vivido durante 50 años en Cuba.