Brasil podrá contar con una vacuna contra el virus zika en alrededor de un año, tras un convenio firmado entre el Instituto Evandro Chagas y la Universidad de Texas de Estados Unidos, afirmó hoy el ministro de Salud, Marcelo Castro. El funcionario indicó en rueda de prensa en la capital del país, que en una primera etapa se contará con la vacuna y en una segunda fase se someterá a pruebas clínicas, para posteriormente ser producida y luego ponerse a disposición de la población.
Detalló que la segunda fase se puede extender hasta dos años, pero el plazo total para que sea utilizada a gran escala será de tres años.
El plazo oficial de trabajo para la primera fase es de dos años, que puede reducirse a la mitad debido a la experiencia de las instituciones que realizarán la investigación.
La inversión del proyecto es por 1.900 millones de dólares para los próximos cinco años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que el virus zika se propaga de forma «explosiva» en América, donde unos 4 millones de personas pueden ser infectadas, de las cuales alrededor de millón y medio viven en Brasil.
Unos 220.000 militares brasileños llevarán a cabo el próximo 13 de febrero una jornada nacional de combate al mosquito transmisor «Aedes Aegypti» con acciones de divulgación y limpieza en cerca de 3 millones de hogares.
Castro afirmó también que el gobierno no tiene dudas sobre la relación entre el zika y el aumento en casos de microcefalia, es decir, bebés que nacen con cabezas más pequeñas de lo normal, por lo que las investigaciones se centran en la existencia de factores colaterales.
«No hay la menor duda de que el factor determinante de la epidemia de microcefalia que tenemos en Brasil es la epidemia de zika«, dijo Castro.
Las autoridades brasileñas contabilizan 76 muertes a causa de microcefalia desde octubre del año pasado, además de otras alteraciones al sistema nervioso en bebés recién nacidos.
Técnicos del Centro de Prevención de Enfermedades de Estados Unidos llegarán a Brasil a finales del mes para investigar la presunta relación entre el zika y el aumento de casos de microcefalia.
El gobierno brasileño busca, además, solicitar apoyo del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, así como del laboratorio británico Glaxo Smith Kline (GSK), que trabajan en el desarrollo de una vacuna contra el ébola.