El Departamento estadounidense de Agricultura planea abrir este año una oficina permanente en Cuba para impulsar el intercambio comercial con la isla, ante un eventual levantamiento del embargo, dijo este martes el secretario Tom Vilsack. La oficina agrícola del gobierno del presidente Barack Obama solicitó al Congreso 1,5 millones de dólares para el proyecto, que abarcaría el envío de cinco funcionarios a tiempo completo a La Habana, dijo Vilsack durante una conferencia de la Coalición Estadounidense de Agricultura para Cuba (USACC, por sus siglas en inglés), que agrupa a más de un centenar de empresas y asociaciones productoras.
Los funcionarios «trabajarían en crear un entendimiento de las piezas técnicas necesarias para poder comerciar» con Cuba, objeto desde 1962 de un embargo comercial estadounidense, dijo Vilsack a periodistas.
La nueva oficina del Departamento de Agricultura en La Habana realizará evaluaciones sobre enfermedades y pestes que podrían afectar el comercio bilateral y se reunirá con grupos interesados en importar bienes estadounidenses, añadió el responsable.
«Asegurar que tengamos representantes en Cuba es realmente importante», dijo por su lado Devry Boughner, presidenta de la USACC, surgida luego del anuncio a fines de 2014 de normalización de lazos entre Washington y La Habana.
La organización se ha cuadriplicado en un año, dijo Boughner a la AFP.
La petición del Departamento de Agricultura está enmarcada en el presupuesto del gobierno federal para 2017 que Obama presentó el martes, y que tiene escasas posibilidades de ser aprobado por la oposición del partido Republicano en el Congreso, en un imprevisible año electoral.
Debido al embargo, Cuba no puede exportar a Estados Unidos y solo desde 2000 puede adquirir en este país alimentos y medicinas, que debe pagar por adelantado, mediante complicadas transacciones bancarias, y utilizar barcos extranjeros autorizados por Washington.
Cuba importó 300 millones de dólares en productos agrícolas estadounidenses en 2014 y una presencia del gobierno en la isla «capitalizará en las oportunidades» que ese pequeño mercado vecino ofrece a los exportadores norteamericanos, indicó el Departamento de Agricultura en un resumen de su presupuesto.
Según el texto, el Departamento de Agricultura «necesita una presencia permanente en Cuba para cultivar relaciones claves, tener conocimiento de primera mano sobre sus desafíos y oportunidades agrícolas, y desarrollar programas de mutuo beneficio para ambos países».
Delegaciones de Cuba y Estados Unidos se reunirán la semana próxima en Washington para revisar las más recientes reformas de Washington a las regulaciones comerciales con Cuba anunciadas en enero.
Esas nuevas medidas facilitaron la exportación a Cuba de bienes y servicios para producción agrícola, educación, procesamiento de alimentos, transportes públicos e iniciativas artísticas.
El sector agrícola estadounidense es uno de los más activos impulsores del fin del embargo a Cuba, uno de los últimos resabios de la Guerra Fría en América.
A pesar del panorama electoral este año, Boughner expresó su esperanza de que se logre desmontar el entramado de restricciones en 2016 o de lo contrario, como «muy temprano» en 2017.
«Nos estamos castigando a nosotros mismos», señaló el congresista republicano Rick Crawford, del estado de Arkansas, productor de arroz, durante la conferencia.