Esta mañana se conmemoró en Tokio el centenario del paso a la inmortalidad de nuestro héroe nacional Rubén Darío. Al evento se hicieron presentes altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón; las Embajadoras de Costa Rica, Guatemala y El Salvador; y los Embajadores de Argentina, Brasil, Chile, Cuba, España, Ecuador, Jamaica, México, Perú, República Dominicana y Venezuela, además de representaciones de las Embajadas de Bolivia, Panamá y Uruguay. Asimismo, participaron en el acto familias nicaragüenses radicadas en Tokio, representaciones de los Consulados Honorarios de Nicaragua en Japón y amigos de instituciones académicas, culturales y sociales.
Las palabras centrales de la solemne conmemoración estuvieron a cargo del Viceministro Saúl Arana, Embajador de Nicaragua en Japón. El Embajador Arana se refirió en su discurso a la trascendencia universal de Darío, en particular a su dimensión centro americanista y latinoamericanista. Que Centroamérica era su patria grande. Celebró la poesía de Darío para honrar nuestro indigenismo y para expresar su amor a Nicaragua. Destacó su pensamiento político e hizo alusión a sus narrativas con descripciones de la pobreza que sufrían nuestros pueblos. Reseñó también la perspectiva Dariana de la democracia y la defensa que el poeta hizo de la autodeterminación y soberanía nacional. Hizo referencia a lo dicho por el gran poeta chileno reconociendo la grandeza de Darío: Rubén puedes dormir tranquilo. Cuando todos hayamos desaparecido, aún tu nombre seguirá escrito entre dos estrellas. Concluyó su mensaje invitando a la comunidad diplomática de nuestra región a celebrar juntos este año la inmortalidad de Darío. También agradeció las contribuciones del diplomático Naohito Watanabe con las traducciones al japonés de Azul y Viaje a Nicaragua e Intermezzo Tropical.
El Honorable Naohito Watanabe, diplomático activo del Gobierno de Japón, hizo una evocación a Darío en la que reveló sus motivaciones para traducir su poesía y prosa al japonés. Reseñó que fue en el año 1991, mientras se encontraba en funciones en Nicaragua, cuando fue sorprendido en Granada por una sencilla niña, casi harapienta, quien se le acercó y pensando él que le pediría dinero- le declamó una estrofa completa del poema A Margarita. Comprendió entonces la dimensión que la poesía tenía para los nicaragüenses y sintió el impulso de dar a conocer tal talante cultural al pueblo de Japón. Dijo que desde entonces no ha dejado de admirar a Nicaragua, país que describió con hermosas frases alusivas a su belleza natural, al candor de su gente y a sus tradiciones alegres y coloridas. Terminó su Alocución declamando en japonés su propia traducción del poema A Margarita y pidiendo a los japoneses estudiar y aprender de la cultura nicaragüense a través de Darío.
El también poeta y Director del Instituto Cervantes en Tokio, Doctor Antonio Gil de Carrasco disertó sobre la Contribución de Darío a la lengua castellana. Recordó que Darío dio a la lengua de su país un impulso definitivo que lo coloca como uno de los poetas más grandes de la humanidad y terminó declamando con fervor, en idioma español, A Margarita.
Luego, Norio Shimizu, Profesor Emérito de la Universidad de Sofía y máximo estudioso del hispanismo en Japón, expuso su visión de Darío y el modernismo literario. Recordó que Darío, a quien estudia desde hace más de cuarenta años, se inspiró de muchas formas en Japón, país que describió en alusiones a samuráis, geishas y shogunes, figuras claves de la historia feudal del país.
Durante la recepción se presentó un video biográfico del gran poeta y se distribuyeron versiones en japonés, español e inglés de folletos en que se da cuenta de su vida y obra. El acto tuvo cobertura de la agencia de noticias NHK y el periódico Japan Times.
Con este evento se inaugura una jornada que se prolongará a lo largo de todo el año con la participación de los Consulados Honorarios de Nicaragua, el Instituto Cervantes de Tokio, universidades con escuelas de estudios hispanoamericanos y la comunidad nicaragüense residente en Japón.