Un hombre que convirtió a un gato en una antorcha viviente antes de lanzarlo por una ventana, durante una noche de violencia con su compañera sentimental, fue condenado este lunes a dos años de prisión firme por la justicia francesa. Durante su juicio, Sébastien Lebras, un carpintero desocupado de 30 años de edad, fue incapaz de explicar sus actos, cometidos el viernes pasado de madrugada en Niza (sureste).
«No era yo, no puedo comprender cómo hice esto», balbuceó en el proceso.
El tribunal correccional de la ciudad tomó en cuenta la requisitoria de la fiscalía, que solicitaba una pena ejemplar para el acusado.
Celoso de su compañera, el hombre quiso obligarla a que le permitiera acceder al contestador de su teléfono móvil, so pena de inmolar a su gato. Ésta lo rechazó y el individuo roció al felino con alcohol y tras encenderle fuego lo lanzó al exterior desde un séptimo piso.
El animal, de 6 años de edad, que aún estaba vivo al llegar la policía, tuvo que ser sacrificado por un veterinario a causa de sus graves heridas irreversibles.
El martirio del felino atrajo a la sede judicial a medio centenar de personas durante el proceso, sobre todo mujeres escandalizadas por la crueldad de este «verdugo». Una decena de organizaciones de defensa y protección de los animales se constituyó como parte de la acusación civil en este juicio.