Cuba expresó el miércoles su satisfacción por el reconocimiento explícito del Estado isleño como operador comercial, luego de que Washington autorizara que éste y no solo los privados pueden adquirir productos en Estados Unidos. En las primeras reacciones a un paquete de nuevas medidas de flexibilidad anunciadas por Estados Unidos la víspera, el periódico oficial Granma remarcó el giro de la política estadounidense que hasta ahora había hecho énfasis en un intercambio con particulares.
«Llama la atención que, aun cuando se trata de un reconocimiento parcial -pues está muy condicionado toda vez que será sometido a análisis casuístico-, es la primera vez que se acepta la participación del Estado cubano en este tipo de negociaciones; algo en lo que se venía insistiendo en diferentes momentos de las conversaciones entre ambas naciones», expresó Granma.
Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro relanzaron sus relaciones diplomáticas bilaterales en diciembre de 2014 de camino a una normalización de sus nexos, rotos hace más de cinco décadas.
En enero y septiembre de 2015, Estados Unidos dio a conocer normativas que relajan las sanciones impuestas a la isla desde la década de 1960 y que permitían algunas exportaciones como de materiales de la construcción pero siempre y cuando fueran realizadas por empresarios del pequeño sector privado de la isla.
En esta ocasión se ampliaron las licencias de exportaciones a bienes en sectores que van desde el transporte público a la preparación de alimentos, pero además se estudiará caso por caso las que realice el Estado cubano o alguna de sus agencias.
«Si algo queda claro con cada nuevo paquete de medidas anunciadas es la posibilidad de seguir adelante en este camino y contribuir a debilitar las estructuras que sostienen el bloque», consideró Granma.
En Cuba el Estado es el principal comprador de productos y el sector estatal domina el grueso de la economía de la isla, que aunque en los últimos años abrió espacio a la pequeña iniciativa privada mantiene un férreo control sobre la exportación e importación de mercancías de uso doméstico desde alimentos hasta vestimenta.
Las medidas autorizadas el martes eliminan restricciones al pago y financiamiento de exportaciones no agrícolas, expanden las autorizaciones de viajes a la isla de ciudadanos estadounidenses y buscan facilitar el acceso a la información y las telecomunicaciones.
Además permitirán exportar insumos necesarios para garantizar la seguridad de la aviación civil.
Todas las medidas aprobadas por Obama flexibilizan las sanciones pero no eliminan el embargo impuesto por el Congreso estadounidense en 1962 para presionar un cambio de modelo político en la isla, y que debe ser derogado por el Parlamento, actualmente controlado por los republicanos.
Para los cubanos estas medidas de Obama son «otro paso de avance» y «confirman que aún es posible continuar vaciando de sentido al bloqueo que pesa sobre Cuba, a partir de eliminar las restricciones que no están codificadas por la ley», expresó Granma.