El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén. Reestructuró este viernes el gabinete de seguridad con el objetivo de fortalecer el combate a las pandillas y reducir la tasa de homicidios, que situá al país entre los más violentos del mundo.
«Necesitamos seguir desarticulando a los grupos más peligrosos en este momento que son las pandillas. Tenemos que cortar el vínculo que hay de las pandillas con el narcotráfico y el crimen organizado y ahí necesitaremos lograr mayor efectividad», aseguró el mandatario en una breve rueda de prensa en la casa de gobierno.
Para el gobernante, además de la «disminución de los homicidios», la meta es ejercer un mayor control de las comunidades donde las pandillas intranquilizan a la población.
Este viernes, el presidente nombró como nuevo ministro de Justicia y Seguridad Pública al comisionado Mauricio Ramírez, quien hasta el jueves se desempeñó como director de la Policía Nacional Civil (PNC).
«No es una simple reorganización, es un nombramiento (del nuevo mando) para ser más efectivos en esa estrategia integral de combate al crimen y a las pandillas», señaló Sánchez Cerén.
Con la reestructuración de los mandos de la seguridad pública, el mandatario dijo que «en este año quiero demostrar resultados».
Las medidas forman parte de una «estrategia integral» de prevención orientada a las familias y comunidades en riesgo, con el apoyo de iglesias y la cooperación internacional.
«Nosotros no estamos en la lógica del manodurismo, del irrespeto a los derechos humanos, sino que estamos en la lógica de una visión más integral», aseguró el gobernante.