Más de 3.500 bebés han nacido con microcefalia en Brasil desde que el gobierno comenzó a sospechar que el brote de la malformación congénita estaría ligado al virus del zika, informaron autoridades.
El Ministerio de Salud publicó el martes por la noche un boletín epidemiológico que muestra que los casos crecieron de 3.174 a 3.530 en una semana. Además, autoridades de salud investigan los fallecimientos de 46 bebés que presentaron la malformación de nacimiento y que posiblemente están relacionadas al virus del zika, transmitido por el mismo mosquito que propaga el dengue.
La mayoría de los casos se concentran en la región nordeste del país.
El ministerio también informó que la agencia Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos envió al gobierno de Brasil información acerca dos casos de muertes de recién nacidos y dos casos de abortos espontáneos que arrojaron resultados positivos para el virus del zika. La agencia halló presencia del virus en tejidos de los dos recién nacidos que murieron en las primeras 24 horas de vida, según el ministerio de Salud. La agencia estadounidense hasta el momento no se pronunció al respecto.
«Estos resultados se suman a las demás pruebas obtenidas en 2015 y refuerzan la relación entre la hipótesis de infección por el virus zika y la aparición de microcefalia y otras malformaciones congénitas», dijo el ministerio brasileño.
El país elevó el combate al mosquito aedes aegypti que transmite el zika, el dengue y chikungunya después de haber hallado en noviembre presencia del virus en sangre y tejidos de una bebé que nació con la cabeza pequeña y murió en el estado de Ceará.
Hasta hace poco, el virus zika era considerado más leve que el dengue con síntomas similares como la fiebre, manchas en la piel y dolor muscular. La Organización Panamericana de la Salud pidió en diciembre a todos los países de la región implementar medidas de emergencia para eliminar criaderos del mosquito. Recomendó vigilar casos del virus especialmente en embarazadas y recién nacidos.
Los investigadores sospechan que el riesgo del trastorno neurológico se asocia a las primeras 12 a 16 semanas de embarazo. La microcefalia es una malformación en la que el cerebro no se desarrolla de manera adecuada y casi siempre implica un retraso mental. Los bebés nacen con una cabeza cuya circunferencia es menor de lo normal. Por lo común, la medida llega a sobrepasar los 32 centímetros.