Tras la muerte del joven Luis Segura Guerrero, la mañana de este martes, cambia el panorama de la investigación que se sigue contra el sacerdote Marcelo Araya, ahora sospechoso de las causas que provocaron la muerte del muchacho.
De acuerdo con Juan Diego Castro, abogado de la familia, el caso dejará de ser una investigación por lesiones culposas a un delito de homicidio culposo, por la inobservancia del deber de cuidado.
Aquí la pena puede ser hasta de 8 años de cárcel. Esto más del daño causado, la muerte del muchacho,el dolor para su familia, las infracciones por exceso de licor, por saltarse una señal de alto, pues se suman en un caso de suma gravedad que nos llevará a plantear la querella y la acción civil resarcitoria, comentó Castro.
Araya conducía con unos 0.65 miligramos de alcohol por cada litro de sangre, cuando lo permitido es menos de 0.25 miligramos con la prueba del alcohosensor. Quedó en libertad sin medidas cautelares, debido a que cuenta con arraigo familiar y profesional.
Corresponderá a la Fiscalía determinar si se mantienen o cambian las medidas en su contra, no sólo por la muerte del joven sino además, por la renuncia a su cargo, emitida la tarde de este lunes.
Luis Segura permanecía delicado en el Hospital México tras el atropello. Según versiones familiares, el joven presentaba muerte neurológica.
Su muerte conmociona esta mañana a decenas de jóvenes en la provincia de Alajuela, quienes lo están recordando en redes sociales como un titán, liguista de corazón que estuvo presente, en todo momento.