Un total de dos mil 35 trabajadores del Senado argentino recibieron el año nuevo sin empleo. El Gobierno de Mauricio Macri dio este regalo el pasado lunes y afirmó que la medida fue tomada, porque sospechan que esta cifra de empleados pertenezca a la lista de los llamados ñoquis o empleados fantasmas.
La acción fue ejecutada por la vicepresidenta de ese país, Gabriela Michetti, quien también actuó por decreto. Se trata de una serie de cargos que dispuso antes de marcharse el exvicepresidente argentino y extitular del Senado, Amado Boudou.
Michetti había anunciado en días anteriores la designación de una comisión que se encargaría de revisar todos los legajos de la planta permanente y las recategorizaciones de los últimos 12 meses, además de que funcionará como espacio de negociación con los gremios.
En este sentido, aseguró que tomó la medida para garantizar el pago de los salarios, porque si hoy el Senado quisiera hacer frente al pago de sueldos, sin aumentos, ya tendría un déficit de 570 millones.
A juicio del titular del sindicato legislativo APL, Norberto Di Próspero, la vicepresidenta debió actuar diferente. Si hay ñoquis, tendrían que haber empezado al revés, ver quiénes son los que no trabajan y denunciarlo a la Justicia. Esto afecta a más de dos mil familias de trabajadores que son de planta permanente y están amparados por la ley, sostuvo.
Sindicatos y los bloques opositores admiten que entre los despedidos hay nombramientos irregulares. Pero cuestionan que Michetti haya anulado más de dos mil trabajadores de planta de los tres decretos de Boudou, metiendo en la misma bolsa a trabajadores reales que cumplen una función y dependen de su empleo.
La segunda al mando del país, anunció también que han hecho un convenido con la Universidad de Buenos Aires para realizar una auditoria en la que sigan haciendo revisión de la Cámara Alta.