El capitán de un ferry que naufragó el sábado en Indonesia fue hallado vivo dos días después en el mar, pero más de 70 pasajeros siguen desaparecidos, indicaron este martes las autoridades locales.
El rescate lleva a 40 el número de supervivientes de la catástrofe, que hasta el momento dejó cuatro fallecidos.
La embarcación se hundió en el estrecho de Boni, frente a la isla de Célebes, con 118 personas a bordo, mientras navegaba con pésimas condiciones climáticas.
Su capitán, que llevaba un chaleco salvavidas, ingresó en un hospital de Siwa, ciudad de destino del ferry, donde contó lo ocurrido.
«Dijo que antes de que el barco se hundiera, lo golpearon olas de entre cinco y siete metros de altura, y que el agua penetró en la sala de máquinas», lo cual destruyó los motores, declaró a la AFP un responsable de la agencia indonesia de salvamento, Iván Titus.
El ferry, cuyos pasajeros eran todos indonesios, había salido el sábado por la mañana de Kolaka, en el sureste de la isla de Sulawesi, rumbo a Siwa, en el oeste de la provincia.
Por la tarde, el capitán ordenó a los pasajeros que se pusieran los chalecos salvavidas, y a la tripulación que preparase los botes para evacuar el ferry, según su relato de los hechos.
Luego pidió a todos que saltaran al agua para subirse a los botes salvavidas. El barco se hundió media hora después en un mar agitado.
«Al principio estaban cerca del bote, en grupos de cinco, 10 y 15, pero sólo duró hasta la medianoche», añadió Titus.
Un equipo de socorristas acudió este martes al lugar donde fue rescatado el capitán, pero sólo encontró chalecos salvavidas. La búsqueda de personas continuará durante varios días, indicaron las autoridades.
El transporte por barco es muy habitual para desplazarse entre las 17.000 islas e islotes de Indonesia, y los accidentes mortales son frecuentes debido a las pésimas medidas de seguridad y a unas embarcaciones que suelen navegar con un exceso de pasajeros.