Ayer, antes de presentarse ante el público en medio de la campaña electoral, el presidente español Mariano Rajoy fue agredido físicamente por un joven de 17 años que tiene vínculos con la familia de su esposa, aunque no relación, según confirmó hoy el Partido Popular (PP, centroderecha), al que pertenece el gobernante.
Antes de su discurso de ayer, Mariano Rajoy saludó y se tomó fotos con los vecinos en la calle cuando de repente un joven de 17 años llamado Andrés V. F. le dio un fuerte golpe en la cara, sin mayores consecuencias físicas para el presidente, al que se le rompieron los anteojos.
Fuentes del PP explicaron que la familia del menor agresor tiene un parentesco «no directo» con la de la esposa del jefe del Ejecutivo, Elvira Fernández, aunque «nunca tuvieron relación».
En concreto, las fuentes dijeron que la abuela del menor detenido, ya fallecida, tenía un parentesco «no directo» con el padre de Elvira Fernández, también fallecido, y subrayaron que las familias no tenían ningún trato.
Minimiza golpe
Hoy el mandatario español descartó que la agresión se haya debido a un fallo de seguridad y llamó a no extraer consecuencias políticas de la agresión que ha sacudido la campaña para las elecciones generales del domingo en España.
«No se deben extraer consecuencias políticas de ninguna de las maneras. Sería absolutamente injusto. Esto ha sido la excepción que confirma la regla», manifestó el jefe del Ejecutivo español y candidato a la reelección del PP.
Aunque llamó al «civismo» en sus declaraciones, aseguró que, tras lo ocurrido, «la forma de hacer política no debe cambiar nada» y se mostró conciliador con el líder de la oposición, Pedro Sánchez, con quien la relación se tensó en extremo desde el debate electoral que los enfrentó el lunes en televisión y en el que el socialista le acusó de no ser «decente».
El aún jefe del Ejecutivo se esforzó en desvincular esa tensión entre ambos de la agresión que sufrió. «Siempre se debe preservar el respeto a la persona pero, por mi parte, lo que pasó con Pedro Sánchez está absolutamente olvidado. No saco ninguna conclusión política y pido a todo el mundo que nadie lo haga», dijo.
Festejos por la agresión
Tras la agresión, con los agentes de seguridad encima, Andrés salió a la calle y se encontró con que una minoría celebraba lo que acababa de hacer.
Andrés V. F., conocido como Capi, ya había comentado a sus amigos lo que pensaba hacer cuando el presidente llegara a la ciudad. A partir de esta conversación, comenzaron a llegarle varios mensajes: «Capi, mátalo. Los pulgares en los ojos y escúpelo». Pero ninguno de sus amigos creía que se trataba de algo serio.
Cuando llegó a la comisaría, uno de los agentes le preguntó por qué había golpeado al mandatario y el joven respondió: «Le pegué porque tenía dos sueldos», según publica el diario El País.