Egipto anunció el miércoles la restauración de la máscara funeraria de Tutankamón, dañada por una reparación previa que dejó rastros de pegamento en la barba de esta joya arqueológica de 3.300 años de antigüedad.
En agosto de 2014, durante unas obras para mejorar la iluminación en el museo de El Cairo, la máscara de oro macizo recibió un golpe y la barba se despegó. Empleados del museo utilizaron cola epoxy para pegarla de nuevo, lo que dejó un rastro de pegamento en el borde de la simbólica barba del niño faraón.
Un equipo de expertos alemanes intervino para eliminar el error, y este miércoles, tras dos meses de restauración, la máscara, que contiene incrustaciones de lapis-lazuli y piedras semipreciosas, fue instalada de nuevo en su sala de exposiciones.
«Lo más difícil fue separar la barba» explicó a los periodistas el conservador alemán que supervisó la restauración, Christian Eckmann.
El equipo utilizó utensilios de madera y calentó la máscara hasta conseguir que se despegara el pegamento, para proceder luego a reinstalarla.
Descubierto en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter en el Valle de los Reyes, en Luxor, el tesoro de Tutankamon es el más prestigioso de la colección del Museo de El Cairo.