A medida que pasan los días y aparecen más cuerpos crece el asombro por los homicidios cometidos por uno de los asesinos múltiples más prolíficos de Bogotá, capital de Colombia, de los últimos años. Es conocido ahora como el «Monstruo de Monserrate» y mató al menos nueve mujeres.
Desde el sábado la policía ha encontrado los cadáveres de nueve mujeres presuntamente asesinadas por Fredy Armando Valencia. El hombre señaló el jueves nuevos sitios en la tierra del cerro Monserrate, uno de los lugares más turísticos de Colombia. El presunto asesino, según la policía, confesó que habría otros siete cuerpos enterrados.
Desde hace cinco días la emblemática montaña, que se levanta en el centro de Bogotá a pocos kilómetros del palacio presidencial, no deja de escupir huesos.
El primero, un fémur, apareció el sábado en la boca de un perro que paseaba por el lugar. Cuando la policía lo siguió encontró, unos metros más adelante, a un hombre de 34 años viviendo en una casa de palos, basura y cartón donde fumaba pasta base de cocaína escondido de la mirada de las miles de personas que pasan cada día por el lugar.
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Valencia admitió a la policía que llevaba cinco años asfixiando, descuartizando y enterrando mujeres junto a la miserable casa donde vivía.
Ese mismo día la policía encontró el primer cadáver en una bolsa de basura. Al día siguiente eran cuatro, al otro día ocho y el jueves, ligeramente enterrado, apareció el noveno. Los forenses seguirán el viernes peinando la zona en busca de más cuerpos.
La crueldad del hombre, que según las autoridades había cursado estudios universitarios, ha cautivado a Colombia, que sigue el macabro goteo de cadáveres de Monserrate como si se tratara de una telenovela.
Valencia contó a la policía que conocía a las chicas en el Bronx, una barriada en el centro de Bogotá considerada uno de los puntos de venta de drogas más grandes del país.
«Yo recogía a estas muchachas en la calle, las llevaba a mi casa, las bañaba, les daba comida y a cambio de todo esto pedía estar con ellas. Pero ya cuando tenían todo esto, ellas querían llevarse mis cosas de valor entonces yo por defenderme las asfixié», explicó sin que le temblara la voz a la policía y la prensa cuando lo trasladaron al lugar para que señalara otros sitios de enterramiento de sus víctimas.
El «Monstruo de Monserrate» también confesó que practicaba la necrofilia con sus víctimas.
La personalidad de Valencia es «violenta» y «agresiva», dijo a The Associated Press el director de la policía de Bogotá, general Humberto Guatibonza.
Pero esa descripción contrasta con la opinión que tienen sus vecinos, unas 20 familias que viven entre árboles y montañas de basura y bajo techos de plástico en el cerro.
«Él siempre iba bien vestido y limpio. Incluso nos miraba al resto por encima del hombro», recordó Nicole Rodríguez, una joven que vive en la calle cerca de donde moraba el detenido. «Era un hombre tranquilo y a mí nunca me hizo nada ni me trató mal. Incluso dormí con él y ni me tocó», explicó a AP. Pero la joven recordó un detalle importante: «Chica que subía hasta su casa, no bajaba».
La joven relató con naturalidad que varias veces se drogaron juntos y que además de fumar pasta base de cocaína Valencia se inyectaba heroína.
Antes de perderse entre los árboles, soltó una frase a la policía: «Hace 20 días por ahí subió una mujer y nunca bajó. Yo miraría también por ahí», dijo señalando un extremo del cerro.
BOGOTA, COLOMBIA (AP)