Soldados patrullaban el lunes las calles de Bruselas en el tercer día de un operativo de seguridad y el décimo de búsqueda de sospechosos de haber participado en los ataques del 13 de noviembre en París.
El belga Salah Abdeslam no ha sido encontrado, pese a 19 redadas y 16 arrestos durante la noche, y las autoridades aún advierten de posibles ataques como los de la capital francesa, en que murieron 130 personas.
El metro de Bruselas, los museos y escuelas, muchos locales comerciales y salas de cine permanecerán cerrados el lunes en la usualmente animada capital de la Unión Europea, y mucha gente trabajaba desde sus hogares.
El primer ministro, Charles Michel, dijo que la ciudad de 1,2 millones de habitantes seguirá en su máximo nivel de alerta por amenazas de seguridad, en nivel cuatro, que significa que la amenaza de un ataque es «seria e inminente».
«Lo que tenemos es un ataque similar al de París, con varios individuos que podrían lanzar varios atentados simultáneamente y en varias localidades», dijo Michel en una conferencia de prensa.
Sin embargo, el ministro del Interior, Jan Jambon, dijo a la radio RTL que la capital belga no se estaba rindiendo completamente.
«Además del cierre del metro y las escuelas, la vida sigue en Bruselas, el sector público está abierto a los negocios hoy, muchas empresas están abiertas», declaró Jambon el lunes por la mañana. Las autoridades volverían a revisar la situación de seguridad el lunes por la tarde.
Bélgica ha estado en el centro de las investigaciones sobre los ataques en París después de que servicios de seguridad dijeron que dos de los atacantes suicidas vivían en ese país. Abdeslam, el principal sospechoso, volvió a Bruselas desde París poco después de los ataques.
BRUSELAS (Reuters)