Equipos médicos atendían el lunes en Croacia a niños afectados por el frío, conforme el descenso de las temperaturas agrava las penurias de los solicitantes de asilo que caminan durante días con la esperanza de llegar a lugar seguro en Europa.
Un nuevo grupo de migrantes cruzó a Croacia el domingo por la noche, atravesando la frontera cerca de la pequeña localidad de Bapska. Caminaron por campos de maíz y bosques para llegar hasta una pequeña puerta que marca la frontera entre Croacia y Serbia.
Vladimir Bozic, médico de Médicos Sin Fronteras (MSF), dijo haber atendido a muchos niños muy pequeños. «Vimos un bebé de un mes, incluso uno de 15 días», dijo Bozic.
Voluntarios de la ACNUR, la agencia de refugiados de la ONU, entregaron mantas, bebidas calientes y alimento a las personas que llegaban, huyendo de los conflictos y la pobreza en Oriente Medio, África y Asia. Caminan bajo la lluvia, atraviesan campos lodosos y sufren cada vez más por el frío y los resfriados después de pasar días o meses avanzando.
«Creo que empeorarán las cosas con estas condiciones frías», dijo Bozic, antes de agregar: «el invierno se acerca». Unos 78.000 solicitantes de asilo han ingresado a Croacia desde el 15 de septiembre, cuando Hungría cerró su frontera con Serbia.
La decisión provocó una reacción en cadena por la ola de migrantes que tratan de llegar a los países ricos de Europa, con las multitudes viéndose obligadas a atravesar por Croacia en lugar de ir directamente a Hungría.
Saed Al Mousawi, quien huyó de Afganistán, dice que la caída de las temperaturas hizo sentir mal a muchos, en especial a los niños. La ruta ha sido dura, pero él está determinado a seguir.
«Tenemos sueños de una vida en paz, sin guerra, sin otras distracciones», dijo. «Sólo queremos vivir en una atmósfera de paz».
BAPSKA, Croacia (AP)