Yo soy una sobreviviente. Sobreviví al ataque de mi expareja por gracia de Dios. Me quemó mi casa, me golpeó, me amenazó; me tiró un vaso con agua, me lo echó en los pies, me dio en la frente, me agarró del pelo y me sacó para afuruera. Me dio tres golpes en la cabeza, me mordió el brazo y me arrancó un tuco de la mano.
Cuando él buscaba el machete yo me corrí con mis niños. Viví 12 años con él, 11 años me pegó, me maltrató, me amenazaba de muerte. Solo un año fui feliz fueron las palabras de dolor con las que narró Ángela del Socorro Rugama Flores de 24 años de edad, el sufrimiento y abuso que recibió por parte de su expareja Alberto Zúñiga Gómez de 22 años de edad.
La mano de Dios permitió que Ángela lograra escapar con sus cuatro hijos de 9, 6, 5 y 2 años de edad, cuando su agresor buscaba el machete recién afilado que ocupaba para los trabajos del campo.
Ángela siendo una niña de apenas 12 años de edad, tomó la responsabilidad de ser ama de casa al lado de quien la maltrataría por una vida.
Al cumplir 13 años recibió el primer golpe de su marido, 11 años más tarde con 4 hijos tuvo que salir de su casa para salvar su vida y la de los menores.
En lo que va del año 3 mujeres han sido asesinadas por sus cónyuges que se encuentran prófugos en el Triángulo Minero.
Ángela se encuentra en un lugar seguro con sus hijos. A través de la Comisaría de la Mujer en Bonanza, reciben atención médica y psicológica.
Hoy de su excónyuge solo quedaron las amenazas.
Luis Reyes