La policía británica detuvo el sábado (20 de junio) en el aeropuerto Heathrow de Londres al jefe del servicio secreto de Ruanda, Karenzi Karake, sobre quien pesa una orden de detención europea emitida a petición de las autoridades españolas, informó hoy (23 de junio) Scotland Yard.
La justicia española acusa al jefe del servicio secreto de Ruanda, de 54 años, de estar implicado en crímenes contra la población civil, entre ellos, de haber estado involucrado en el asesinato en 1997 de tres cooperantes de desarrollo españoles. El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu informó haber solicitado la extradición del acusado.
La ministra de Relaciones Exteriores y Cooperación de Ruanda, Louise Mushikiwabo, calificó la detención como un escándalo. «La solidaridad occidental para humillar a africanos es inaceptable», escribió en Twitter.
Las acusaciones presentadas por la Justicia española, agregó, han sido fabricadas por los responsables del genocidio en Ruanda. El genocidio de 1994 costó la vida a unas 800 000 personas. Milicias radicales de la etnia hutu asesinaron en aquel año durante tres meses a miembros de la etnia tutsi y también a hutus moderados.
Muchas víctimas fueron descuartizadas con machetes o quemadas vivas dentro de iglesias. El detenido deberá comparecer este jueves ante un juzgado. La justicia española ya había presentado acusación en 2008 contra Karake y otros 39 miembros de alto rango del Ejército de Ruanda por crímenes de guerra.
Sin embargo, en 2009 el Parlamento español decidió reducir las facultades de los jueces en lo que respecta al procesamiento de crímenes contra los derechos humanos cometidos en el extranjero, por lo que actualmente la justicia española sólo puede intervenir en casos que involucren a ciudadanos de su país. El gobierno ruandés del presidente Paul Kagame siempre ha rechazado las acusaciones de España.