Así son los días de Harvey Weinstein en la clínica de rehabilitación

El productor se queda dormido durante las sesiones de grupo, usa su teléfono móvil (aunque esté prohibido) y pasa las noches en un hotel.

Cuando el The New York Times publicó el artículo Decenas de acusaciones por acoso sexual contra Harvey Weinstein, la industria de Hollywood se echó las manos a la cabeza, a pesar de que muchos ya estaban enterados. La investigación hablaba de acoso sexual hacia actrices y trabajadoras del mundo del cine, y de ocho mujeres que habían retirado sus denuncias después de llegar a acuerdos con el magnate.

La actriz Ashley Judd fue una de las primeras en relatar una escena grotesca con Weinstein. “Me llamó para reunirme con él. Lo primero que me sorprendió fue que tuviésemos que vernos en su suite, pero fue peor cuando una vez allí me pidió que le diera un masaje. Cuando le dije que no, me contestó que quería que lo mirase mientras se duchaba”.

 

Pero, aunque las acusaciones a las que Weinstein se enfrentaba eran muy graves, el magnate se mofó del asunto cuando le avisaron de que el Times sacaría la historia. “Suena bien, creo que voy a comprar los derechos para hacer una película”, dijo entre risas. Sin embargo, cuando la noticia vio la luz y decenas de actrices empezaron a relatar las terroríficas historias en las que Weinstein estaba inmerso, el millonario se quedó sin apoyos.

Su mujer, Georgina Chapman, con la que llevaba casado 10 años, se fue de su lado; su abogado, Charles Harder, también lo abandonó. Y la diseñadora Donna Karan, que le había mostrado su apoyo al comienzo, se arrepintió de sus palabras. Después de aquello, solo le quedaba una carta, la de Michael Sitrick, el que se encargaría de limpiar la imagen del magnate.

El conocido como el ‘Señor Lobo de las relaciones públicas’ trabajó para Kim Basinger, Paris Hilton y Chris Brown durante sus momentos más delicados, aunque en esta ocasión, lo tiene difícil, Lo primero que le recomendó a Weinstein para tratar de enmendar todo el daño que había hecho fue enviar un comunicado en el que este aseguraba que antes el mundo era distinto, así como sus reglas de comportamiento.

 

Después de aquello, pronunció por fin un mea culpa público y aseguró que reflexionaría sobre lo sucedido en una clínica de rehabilitación. Yendo a terapia, Weinstein permanecería alejado del foco mediático y, al mismo tiempo, la opinión pública asumiría que el villano se había arrepentido. Sin embargo, para alguien como Weinstein, que siempre ejerció su abuso de poder sin inmutarse, esta solo podría ser otra de sus maniobras para engañar a la prensa (y al resto del universo).

El centro en el que se aloja y que pretende curar su adicción al sexo se encuentra en Arizona, y aunque se desconoce exactamente su localización, la revista TMZ apunta a que podría ser The Meadows, el mismo al que acudió el tenista Tiger Woods. Allí también se refugió Kate Moss después de su escándalo con las drogas y Selena Gomez, sin motivo aparente.

En cualquier caso, Weinstein voló hasta Arizona en un avión privado. Y antes de ingresar en el centro, el productor se reunió con unos amigos para cenar en un restaurante italiano. Una vez dentro, tampoco se puede decir que haya cooperado, precisamente. El magnate se queda dormido durante las sesiones o se cuelga del móvil, aunque esté prohibido, sin mostrar ningún reparo, según ha informado una fuente a la revista Page Six.

 

Por lo que parece, Weinstein no deja de insistir en que el sexo que practicó fue siempre consentido. “En una sesión de terapia, Harvey llegó 15 minutos tarde. Y entonces, cuando era su turno para hablar, empezó a dar un discurso diciendo que todo aquello era una conspiración contra él”, aseguraron.

Para colmo, todo indica que el magnate estaría pasando las noches en un hotel, a pesar de que se ha dicho que dormía en el centro. Aun así, este no sería un problema si realmente estuviese cooperando. “[La gente estaba contando sus historias personales], y Harvey se quedó dormido en la silla. Se despertó cuando escuchó el ruido de su teléfono móvil… Entonces, Harvey se levantó de un respingo, cogió la llamada y salió de la habitación”.

Y aunque ha dejado de asistir a estas sesiones de grupo, por motivos obvios, no deja de repetir su mantra a todo aquel que lo quiera escuchar. “Él insiste en que nunca ha violado ni acosado a nadie, y que todos los encuentros han sido consensuados. Reconoce que se portó fatal, pero aun así, insiste en que no es un violador”, asegura otra fuente. Con todo, esta persona asegura que Weinstein no se estaría portando tan mal como otros aseguran. “Él tiene su teléfono, pero cuando está en terapia tiene que dárselo a alguien. Lo que se ha dicho sobre lo que hizo y dijo en la sesión de grupo es falso”. Aun así, todo indica que el futuro de Weinstein será muy negro, con la ayuda de Sitrick o sin ella.