La NASA vive tratando de descubrir hechos insólitos en lo que refiere a los planetas y el espacio.
A 700 años luz de distancia de la Tierra se encuentra el exoplaneta WASP–39b, con una masa similar a la de Saturno. Gracias a los telescopios Hubble y Spitzer ahora podemos conocer mucho más de él, por ejemplo, que en su atmósfera hay agua, algo que ayudará a entender mejor cómo se forman los planetas y su historia de existencia.
No hay ejemplos iguales dentro del Sistema Solar, pero entender mejor a WASP-39b puede ayudar a armar la línea temporal de los planetas. Es bastante raro que este gigante tenga más agua que Saturno, lo que significa que se formó de otra manera. Probablemente se creó alejado de su estrella y fue bombardeado por hielo.
¿En qué nos ayuda este descubrimiento?
Saber sobre exoplanetas implica reconocer que todos tienen un desarrollo diferente. El hecho de que con la misma masa que Saturno tenga una composición nueva, tiene que ver con las inmensas posibilidades dentro de la historia de los planetas, incluso los del Sistema Solar.
Este exoplaneta gira en torno a una estrella similar a la nuestra, en la constelación de Virgo. Se encuentra 20 veces más cerca de ella que nosotros del Sol y siempre le muestra el mismo lado sin rotar. Debido a esto tiene unas temperaturas enormes de más de 700 grados Celsius, lo que le valió el sobrenombre de «Saturno caliente». Los vientos constantes mueven el calor del lado diurno hacia el lado oscuro del planeta, haciendo que sea igual de caliente allí también.
Aunque es como Saturno, no tiene anillos, pero sí una atmósfera capaz de permitir que los investigadores estudien mejor su superficie. En 2019 un telescopio potente, el James Webb, podrá analizar las cantidades de carbón y oxígeno en la atmósfera, determinando mejor su historia y formación.