Si vives en una zona con mucha actividad sísmica, deberías prepararte para un 2018 bastante crítico. Según un grupo de científicos, este año podríamos sufrir hasta el triple de terremotos de gran magnitud que en 2017. Esta circunstancia tiene que ver con la ralentización de la rotación de la Tierra.
Según los expertos de la Universidad de Colorado que han estudiado la relación entre la rotación del planeta y los terremotos, esta existe y se hace cada vez más presente. Desde 2011 vivimos un período de actividad sísmica particularmente intenso que irá a más, con un repunte importante este mismo año.
En el peor de los casos, pasaremos de seis terremotos de magnitud 7 en la Escala de Richter a 20 en 2018, un problema particularmente grave en zonas deprimidas y muy dadas a sufrir seísmos de gran magnitud.
Según el estudio, la cantidad de sismos particularmente intensos ha aumentado entre un 25 y un 30% en el último siglo, aunque es ahora cuando llega la hora de la verdad. De ahí la importancia de predecir cuándo van a ocurrir y dónde para estar preparados y salvar todas las vidas humanas que sea posible.
¿Por qué los animales pueden predecir terremotos?
Estos terremotos, los de magnitud 5 o superior, son particularmente peligrosos según en qué zonas del planeta. Países desarrollados como Japón pueden sufrirlos y salir más o menos indemnes -con excepciones- mientras que en otros lugares la devastación puede sumir a la población en la pobreza por décadas.
Por si esto fuera poco, la zona con mayor actividad sísmica del planeta es la conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde interactúan varias placas tectónicas. Esta franja de Tierra está formada por mar e islas, más que suficiente para incrementar el riesgo de maremoto de consecuencias impredecibles.