Una innovadora investigación de los Institutos Nacionales de Salud muestra que el cerebro tiene vasos linfáticos, lo que le permite procesar "residuos" que se filtran de los vasos sanguíneos. Este hallazgo arroja luz sobre la relación entre el cerebro y el sistema inmunológico.
El sistema linfático del cuerpo depende de los vasos linfáticos para absorber, procesar y devolver las proteínas y el líquido tisular, es decir, el líquido que rodea las células del tejido del cuerpo al torrente sanguíneo. El líquido transportado por los vasos linfáticos se llama "linfa".
Hay tres funciones principales del sistema linfático: ayudar a mantener constante el volumen y la presión sanguínea, luchar contra agentes externos como parte del sistema inmunológico y absorber las vitaminas liposolubles y grasas.
Los vasos linfáticos están distribuidos por todo nuestro cuerpo, pero hasta el momento, ha habido poca evidencia que sugiriese que el cerebro también los contiene.
Un estudio sobre ratones en 2015 mostró que los vasos linfáticos estaban presentes en el sistema nervioso central de los roedores, lo que sugería que esto mismo podría ser cierto para los seres humanos y otros primates.
Ahora, un equipo de investigadores de los Institutos Nacionales de Salud, dirigido por el científico Daniel S. Reich, ha confirmado que los cerebros humanos también tienen vasos linfáticos
"Literalmente vimos cómo los cerebros de las personas drenaban fluidos a estos vasos. Esperamos que nuestros resultados aporten nuevos conocimientos a una variedad de trastornos neurológicos", comenta Reich.
Gracias a la resonancia magnética
Los investigadores utilizaron métodos no invasivos para determinar la presencia de vasos linfáticos en el cerebro humano.
Trabajaron con cinco voluntarios sanos y tres monos tití cuyos cerebros fueron escaneados usando resonancia magnética, después de inyecciones con diferentes tipos de agentes de contraste, que permite a los científicos visualizar mejor los vasos sanguíneos en el cerebro.
Primero inyectaron gadobutrol, cuyas moléculas son lo suficientemente pequeñas como para salir de los vasos sanguíneos hacia el compartimento intersticial del cerebro. La exploración por resonancia magnética reveló líneas delgadas más resaltadas, esto es, los vasos linfáticos que habían recogido el agente de contraste que se había escapado de los vasos sanguíneos.
Según los científicos, hay vasos linfáticos en la duramadre que recogen elementos fluidos del compartimiento intersticial del cerebro.
"Ahora podemos ver finalmente que, al igual que otros órganos en el cuerpo, el fluido cerebral puede drenar a través del sistema linfático", aclara Reich.
Los autores del estudio, que publica la revista eLife, esperan investigar ahora qué implicaciones tienen estas conclusiones desde una perspectiva clínica. Por ejemplo, les gustaría ver cómo funciona el sistema linfático en las personas diagnosticadas con enfermedades neuroinflamatorias como la esclerosis múltiple.
"Estos resultados podrían cambiar fundamentalmente nuestra forma de pensar acerca de cómo el cerebro y el sistema inmunológico se relacionan", exponen los autores.